Maestros, oficiales de policía, y empleados de oficinas estatales, entre otros, se han manifestado hoy en Berlín, capital alemana, y en Bradeburgo.
Un total de 18.000 empleados públicos, según los sindicatos, han paseado por las calles de las ciudades en señal de protesta. Piden un 5,5 por ciento de aumento salarial y reclaman la falta de preservación de los planes de jubilación, los recortes que afectarían a las pensiones complementarias.
A pesar de que se encuentran en la tercera ronda de negociaciones, parece que el acuerdo no llega. Y aseguran que si el próximo 28 de marzo no se modifican las condiciones, van a continuar con las manifestaciones y las huelgas.
Es difícil de contabilizar los centros que se han visto afectados ya que las cifras no son transparentes. Pero solo en la capital unas 100 guarderías infantiles han cerrado hoy sus puertas y miles de personas son las que se están viendo afectadas por estos paros. A pesar de ello, la gran mayoría ve justificable e importante este tipo de demostraciones.
Según el sindicato Verdi, 80.000 personas son las que se han visto directamente implicadas esta semana y 38.000 las que se han manifestado durante estos días.
Ni la lluvia ni el mal tiempo han impedido a los trabajadores públicos alemanes salir a la calle para reclamar mejores condiciones laborales.
Montse Mondelo, Berlín.
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