“En la mañana del 11 de marzo, [las Fuerzas Armadas rusas] inhabilitaron las instalaciones militares ucranianas con armas de alta precisión y largo alcance. Los aeródromos militares en Lutsk e Ivano-Frankovsk se han puesto fuera del servicio”, ha informado este viernes Igor Konashenko, portavoz del Ministerio ruso de Defensa.
Al ofrecer detalles sobre la operación militar lanzada por Moscú en Ucrania, Konashenko ha señalado que la defensa aérea de Rusia ha logrado derribar tres helicópteros Mil Mi-25 ucranianos y ocho aviones no tripulados (drones), incluidos cinco aeronaves Bayraktar TB-2, en las últimas 24 horas.
Es más, ha proseguido, los aviones rusos destruyeron 107 instalaciones militares ucranianas en las últimas 24 horas, incluidos seis puestos de mando y centros de comunicación, 14 depósitos de municiones y combustible y 11 sitios de almacenamiento de equipos militares, tal y como recoge la agencia estatal rusa de noticias TASS.
De este modo, desde el inicio de la operación, se desactivaron un total de 3213 instalaciones de infraestructura militar ucraniana. Se destruyeron hasta 98 aviones, 118 drones, 1041 tanques y otros vehículos blindados de combate, 113 lanzacohetes múltiples, 389 piezas de artillería de campaña y morteros, así como 843 vehículos motorizados militares, ha detallado.
El pasado 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el inicio de una operación en Ucrania, subrayando que a las autoridades rusas no les ha quedado otra opción para proteger al pueblo ruso ante la amenaza constante que emana del territorio ucraniano y sus aliados occidentales.
Conforme ha subrayado Putin, Rusia no tiene en sus planes ocupar los territorios ucranianos y lo que busca es la ‘desmilitarización’ y ‘desnazificación’ de Ucrania, pues, tal y como denuncian las autoridades rusas, los países occidentales, con EE.UU. a la cabeza, pretendían convertir a Ucrania en una base antirrusa.
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