“Lo que pasa en Ucrania es una tragedia, pero no teníamos otra opción. Fue la decisión correcta”, ha afirmado este martes el mandatario ruso, Vladímir Putin, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko.
Putin ha enfatizado que la operación militar en Ucrania persigue un objetivo “absolutamente claro” y “noble”, el cual es “proteger a los separatistas”, “derrotar a los neonazis” y “ayudar a la gente del Donbás [este de Ucrania] que siente un vínculo inquebrantable con Rusia y que durante ocho años ha sido víctima de un genocidio”.
En este contexto, ha explicado que las autoridades ucranianas, empujadas por el Occidente, se negaron a cumplir con los Acuerdos de Minsk —destinados a una solución pacífica de los problemas en la región de Donbás—.
La operación de Ucrania “va según lo planeado”
En otro momento de sus declaraciones, ha destacado que la operación militar rusa en Ucrania “va según lo planeado” y señalado que la duración de la misión rusa dependerá de la “intensidad de los combates”. Ha dicho también que los mandos rusos intentarán minimizar las bajas en sus filas y que la operación rusa continuará “rítmicamente y con calma”.
Economía rusa sigue de pie
El jefe de Estado ruso además ha hablado sobre las sanciones financieras impuestas a Rusia, tachándolas de una “guerra relámpago”, y ha dejado claro que tales acciones no funcionan y la economía de Rusia está de pie a pesar de las sanciones occidentales.
Se ha referido asimismo a las conversaciones entre las partes rusa y ucraniana para poner fin al conflicto y denunciado que las negociaciones están estancadas debido a que la delegación de Kiev ha dado marcha atrás a lo pactado en Estambul (Turquía) a finales de marzo. “Hemos vuelto de nuevo a un callejón sin salida para nosotros”, ha subrayado.
Moscú inició su operación militar especial en Ucrania el pasado 24 de febrero en reacción a la conducta agresiva de Kiev en la región de Donbás y a petición de los líderes independentistas de la aludida zona ucraniana, además tras la negativa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a garantizar la seguridad de las fronteras rusas. El país euroasiático ha dejado claro repetidamente que su objetivo es la “desmilitarización” y la “desnazificación” de Kiev.
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