“Los civiles no deben ser sacrificados en aras de rápidas victorias militares”, ha declarado hoy miércoles el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Raad al-Husein.
Las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por la aviación de la llamada ‘coalición contra EIIL’, iniciaron una operación hace unas semanas para tomar Al-Raqa, en lo que Damasco considera una agresión ‘ilegal’.
Tras anunciar que más de 100.000 civiles están atrapados en la ciudad norteña de Al-Raqa, Al-Husein ha instado a todas las fuerzas involucradas en la crisis siria a tomar adoptar las medidas posibles para salvar las vidas de los civiles.
Criticando el papel de la coalición en Siria, Al-Husein ha lamentado en un comunicado que los intensos bombardeos de Al-Raqa en las últimas tres semanas han aterrorizado a los civiles, sumiéndolos en la confusión respecto a dónde podrían refugiarse.
"Con la intensificación de los bombardeos aéreos y los combates en las calles, el número de víctimas civiles aumenta y las vías de huida se cierran una detrás de otra", ha advertido el ACNUDH.
Los civiles no deben ser sacrificados en aras de rápidas victorias militares”, dice el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Raad al-Husein.
La liberación de Al-Raqa se ha convertido en un punto de discordia entre los actores del teatro sirio. Por una parte, Washington recurre a armar a las FDS y, por otra, el Ejército sirio trata, apoyado por combatientes del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), asesores iraníes y aviación rusa, de garantizar la integridad territorial del país.
Las tensiones entre los actores se han agravado en las últimas semanas. Los aviones de guerra de EE.UU. derribaron el día 18 del mes en curso un caza del Ejército sirio que bombardeaba posiciones de los terroristas de Daesh en el sur de Al-Raqa.
Según los analistas, EE.UU. trata con su ayuda a los milicianos kurdos de impulsar su estrategia de federalización de Siria. De acuerdo con el plan, primero se establecerían una o dos zonas federadas en el norte del país para ver cómo funciona el modelo, al que luego podrían sumarse otras regiones.
En tal estrategia, ni el actual Gobierno legítimo de Siria, presidido por Bashar al-Asad, ni los grupos terroristas EIIL y Frente Fath al-Sham (anteriormente conocido como Frente Al-Nusra) tendrían ningún papel en el hipotético nuevo Estado.
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