Estos ataques forman parte de una reciente escalada de operaciones dirigidas contra la infraestructura militar del país levantino, que se ha intensificado tras la caída del gobierno de Bashar al-Asad.
Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos tres civiles fallecieron y más de una decena resultaron heridos durante la noche del lunes, cuando una serie de incursiones aéreas impactaron contra instalaciones militares en Daraa. Este grupo de monitoreo, con sede en el Reino Unido, detalló que varios de los ataques se concentraron en la 132ª Brigada, ubicada en el vecindario de Daraa al-Mahatta.
Tras los bombardeos, columnas de humo y llamas se elevaron en el cielo, mientras equipos de médicos y bomberos se desplazaron rápidamente a la zona para prestar asistencia a los afectados y controlar los incendios.
Además, los cazas israelíes atacaron el 175º Regimiento en la localidad de Izraa, al norte de la ciudad de Daraa. En un comunicado, el ejército israelí justificó estas acciones afirmando que se trataba de una serie de ataques aéreos en el sur de Siria dirigidos contra “objetivos militares” pertenecientes al antiguo ejército sirio. Según el mismo comunicado, los aviones bombardearon centros de mando y emplazamientos militares donde se almacenaban armas y vehículos bélicos.
Horas después, aviones de combate israelíes lanzaron nuevos ataques contra varios objetivos cercanos a la ciudad de Al-Kiswah, situada a unos 13 kilómetros al sur de Damasco, la capital de Siria.
Hasta el momento, no se han reportado detalles sobre posibles víctimas ni sobre la magnitud de los daños causados en estos últimos bombardeos. Estos incidentes se producen en un contexto de inestabilidad en la región, marcado por el derrocamiento del gobierno de Al-Asad el 8 de diciembre de 2024 a manos de facciones militantes lideradas por la banda Hayat Tahrir al-Sham.
Israel ha sido objeto de fuertes críticas internacionales por la ruptura del acuerdo de alto el fuego firmado con Siria en 1974, así como por aprovechar el caos generado tras la caída de Al-Asad para expandir su control sobre el territorio sirio.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha condenado en repetidas ocasiones los continuos ataques israelíes dentro del territorio sirio, así como las violaciones en la zona de amortiguamiento establecida como parte del acuerdo de alto el fuego de 1974 con Damasco. Estas acciones, según la ONU, no solo agravan la situación humanitaria en la región, sino que también socavan los esfuerzos para alcanzar una solución pacífica al conflicto.
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