En medio del creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) emitió un aviso urgente en el que insta a los vuelos comerciales a “extremar la precaución” al atravesar el espacio aéreo de Venezuela. La agencia justificó la alerta por el “deterioro de la situación de seguridad” y el aumento de la actividad militar en la región.
El comunicado se refiere específicamente a la Región de Información de Vuelo (FIR) que abarca el aeropuerto internacional de Maiquetía y un amplio sector del Caribe meridional. Según la FAA, “las amenazas podrían representar un riesgo potencial para las aeronaves a todas las altitudes”, extendiendo el peligro incluso a los aeropuertos y a las aeronaves en tierra dentro del área afectada.
La advertencia señala que la situación podría implicar riesgos tanto durante el sobrevuelo como en las fases críticas de llegada y salida en los aeropuertos de la región.
Esta alerta de carácter amplio coincide con la creciente presencia de activos militares estadounidenses en aguas cercanas a la costa venezolana, un hecho que ha elevado las preocupaciones sobre una posible escalada de las presiones y amenazas de Washington contra Caracas.
A finales del pasado octubre, Trinidad y Tobago y EE.UU. llevaron a cabo otro ejercicio militar conjunto en la isla de Trinidad, a menos de 40 kilómetros de las costas de Venezuela. El Gobierno venezolano condenó esas maniobras, calificándolas de “provocación hostil” y de grave amenaza a la paz regional.
En respuesta a esta provocación, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunció la suspensión de todos los acuerdos de cooperación energética y gasífera con Trinidad y Tobago.
Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, desplegó desde agosto tres destructores, un buque de asalto anfibio, un crucero lanzamisiles, un submarino nuclear y alrededor de 4500 infantes de marina en la región.
No obstante, Caracas califica estas acciones de “una agresión armada para imponer un cambio de régimen” y advierte que el objetivo es “apoderarse del petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales” del país.
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