• El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en una rueda de prensa en el G20 de Johannesburgo, 23 de noviembre de 2025. (Foto: AFP)
Publicada: domingo, 23 de noviembre de 2025 19:28

El presidente de Brasil expresa preocupación por el despliegue militar de EE.UU. en el Caribe y dice que hablará con Trump para evitar una escalada en la región.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha expresado su preocupación por el creciente despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y ha anunciado su intención de hablar con su homólogo estadounidense, Donald Trump, para evitar una escalada bélica de consecuencias imprevisibles para la región latinoamericana, donde crecen cada día las amenazas de Washington contra Venezuela.

“Estoy muy preocupado por el aparato militar que Estados Unidos ha desplegado en el mar Caribe”, ha afirmado este domingo Lula, tras la clausura de la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo, en Sudáfrica, donde también participó en la reunión trilateral del foro IBSA (India, Brasil y Sudáfrica).

El jefe de Estado brasileño ha reafirmado que “América del Sur está considerada una zona de paz”, una definición que ostenta la región desde su proclamación en 2014 por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

El jefe de Estado ha reiterado que Brasil “tiene una responsabilidad con Sudamérica” y comparte una extensa frontera terrestre con Venezuela, un factor que, a su juicio, “no es poca cosa”.

Por último, el presidente brasileño ha subrayado que la necesidad de acciones diplomáticas preventivas. “No vamos a repetir el error que se cometió en la guerra entre Rusia y Ucrania”, ha acentuado.

“Para empezar, basta con un disparo y quién sabe cómo terminará. Por eso, es importante que encontremos una solución antes de que empiece. Estoy muy preocupado y no quisiera que ocurriera nada militar en Sudamérica”, ha enfatizado.

 

Desde el pasado septiembre y bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, desplegó desde agosto tres destructores, un buque de asalto anfibio, un crucero lanzamisiles, un submarino nuclear y alrededor de 10 000 infantes de marina en la región.

No obstante, Caracas califica estas acciones de “una agresión armada para imponer un cambio de régimen” y advierte que el objetivo es “apoderarse del petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales” del país.

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