Los agricultores británicos se dirigieron al centro de Londres en tractores y bloquearon la Plaza de Trafalgar, horas antes de que la ministra de Hacienda presentara sus presupuestos, en los que debe encontrar miles de millones en ingresos adicionales, mientras el país afronta un crecimiento débil y unos costos de endeudamiento elevados.
Los manifestantes denuncian un aumento previamente anunciado del impuesto de sucesiones y las crecientes presiones sobre el sector agrícola. Hicieron sonar sus bocinas repetidamente y dijeron que el sector “no tiene futuro”.
La manifestación refleja la creciente frustración entre los agricultores del Reino Unido. Afirman que los ajustes al impuesto de sucesiones podrían obligar a las familias a vender o dividir sus tierras para cumplir con obligaciones financieras. Otros señalan que las modificaciones pueden expulsar del sector a centenares de explotaciones familiares.
Desde el sector agrícola insisten en que el impuesto de sucesiones es solo la punta del iceberg, denunciando la presión fiscal, la brecha entre el precios de origen y en tienda, y la falta de garantías para la seguridad alimentaria. Varios recuerdan que, si aumenta el cierre de granjas, el Reino Unido quedará expuesto en caso de crisis internacionales.
La manifestación se ha producido pese a la prohibición impuesta a última hora por la Policía Metropolitana, que ha restringido la protesta a un pequeño espacio e impedido cualquier concentración frente a Downing Street. Varios agricultores han sido arrestados.
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