Los cazas saudíes han bombardeado el aeropuerto de Saná para impedir la entrega de ayuda humanitaria a los civiles atrapados en la región y han lanzado 200 ataques contra la provincia de Saada (noroeste del país) en las últimas 24 horas.
Arabia Saudí incluyó como “objetivo militar” toda la provincia de Saada y exigió su evacuación, pese a que el coordinador humanitario de la Organización de las Naciones Unidas en Yemen, Johannes Van Der Klaauw, advirtió de que muchos civiles están atrapados en la zona por “falta de combustible”, entre otros problemas.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) alertó sobre restricciones a las importaciones, que podrán causar "más muertos que las balas y las bombas en los próximos meses".
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