Durante más de cuatro décadas, los africanos han sufrido por la sequía, lo que ha desplazado a más de un millón de personas. Asimismo, se han visto afectados el ganado y las cosechas, los precios del aceite de cocina, el pan y la harina de trigo se han disparado y los precios de los combustibles se mantienen al alza, entre otras dificultades.
No obstante, la crisis se ha incrementado tras el inicio de la operación militar rusa en el territorio ucraniano desde el pasado febrero, debido a que el Cuerno de África (Kenia, Somalia y Etiopía) depende de los cereales de Rusia y Ucrania.
De hecho, los niños del Cuerno de África necesitan un apoyo urgente, mientras que la financiación de la crisis humanitaria es pésima y la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha subrayado que necesita más dinero a fin de evitar un desastre en la región.
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