“Nosotros no necesitamos coordinar o informar a las sedes rusas que vamos a llevar a cabo un ataque aéreo (contra Siria)”, indicó Yaalon en una entrevista que concedió el sábado a la agencia rusa de noticias Sputnik.
Añadió que el régimen de Tel Aviv es bien consciente de que los rusos pueden identificar a los cazas israelíes que sobrevuelan de vez en cuando Siria, pero es mejor no “interferir” en los asuntos que le corresponden a cada uno.
“No nos molesten, y nosotros no interferiremos en sus acciones”, razonó el ministro israelí de asuntos militares entre 2013 y 2016, quien insistió en que Israel no pretende “interferir en el conflicto sirio”, pero sí tiene sus “propios intereses” ahí; sus “líneas rojas”, destacó.
Nosotros no necesitamos coordinar o informar a las sedes rusas que vamos a llevar a cabo un ataque aéreo (contra Siria). No nos molesten, y nosotros no interferiremos en sus acciones”, indicó el exministro israelí de asuntos militares Moshe Yaalon.
Pese a todo, Yaalon celebró que desde la implementación de las “líneas rojas”, de la que está encargado un militar israelí que habla ruso, no se ha registrado ningún “malentendido” entre el Ejército ruso y las fuerzas israelíes.
Desde el inicio de la crisis siria en 2011, el régimen israelí ha atacado las sedes del Ejército sirio, ofensivas que ha incrementado, en concreto, tras los logros que han conseguido las fuerzas sirias, apoyadas por sus aliados, en su operación contra los grupos terroristas y los llamados rebeldes. Los ataques israelíes, según varios expertos, buscan facilitar el avance de los grupos armados en varios puntos del país árabe.
Ante esta situación, Moscú tiene previsto vender a Damasco sus sistemas de misiles antiaéreos S-300 para reforzar la capacidad de la defensa antiaérea siria para contrarrestar las ofensivas del régimen de Tel Aviv, una medida que ha enfurecido tanto a Israel que ha llevado a sus autoridades a amenazar a Rusia con devolver el golpe.
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