Se trata de Efraín Bracha, jefe de la unidad de investigación de fraudes de la policía israelí y la figura central en el escándalo de corrupción que involucra al rabino Yoshiyahu Pinto, según ha informado este domingo el diario israelí Haaretz.
El funcionario policial se suicidó de un balazo en su coche cerca de su casa en la ciudad de Modiin, centro de los territorios ocupados, detalla el portal informativo israelí Yedioth Ahronoth.
Bracha testificó que Pinto le había ofrecido cientos de miles de shekels a cambio de información acerca de otras investigaciones. El pasado abril, Pinto admitió sobornar a Bracha en un tribunal en Tel Aviv, como parte de un acuerdo de negociación del cargo.
Hace una semana, el Canal 10 israelí reveló que la unidad de asuntos internos de la policía había puesto una investigación en marcha sobre posibles entregas de datos por parte de Bracha a otros sospechosos.
La cadena también difundió unas declaraciones hechas por parte de Pinto que confirmaban tales alegaciones e indicaba que la unidad de asuntos internos de la policía busca poner en marcha una investigación criminal al respecto.
En noviembre de 2012, hubo una discusión entre Bracha y Panto en la sala de interrogatorio de la sede de la policía de investigación de fraudes donde el controvertido rabino insistía en que Bancha había aceptado 200 mil shekels (unos 60.000 dólares) como parte de un soborno.
Bracha fue sentenciado el pasado mes de mayo a un año de prisión y el pago de una multa de un millón de shekels (260.000 dólares) por cargos de soborno, intento de obstrucción de la justicia.
El dictamen se emitió a raíz de una acusación al que se enfrentaba desde 2014 por presuntamente dar 400.000 shekels (103.000 dólares) en sobornos a Bracha.
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