El domingo, Bolton —muy conocido por su hostilidad hacia Irán— informó de que EE.UU. ha desplegado el grupo de ataque del portaviones nuclear USS Abraham Lincoln y una unidad de bombarderos en la región de Oriente Medio en una “clara” advertencia al país persa.
El servicio de inteligencia de Israel (el Mossad) transmitió información sobre un presunto complot de Irán para “atacar los intereses de EE.UU. o los de sus aliados” en el Golfo Pérsico antes del anuncio de Bolton sobre el envío de un portaviones a la región del oeste de Asia, desveló el lunes el medio israelí.
Al respecto, detalló que el consejero israelí de seguridad nacional, Meir Ben Shabbat, había alertado del supuesto plan iraní durante un encuentro mantenido hace dos semanas con una delegación estadounidense, encabezada por Bolton, en la Casa Blanca en Washington, capital de EE.UU.
Por su parte, Irán ha calificado de “hecho desfasado” el envío de un portaviones de Estados Unidos. No obstante, considera poco probable que los comandantes estadounidenses quieran probar las capacidades de las Fuerzas Armadas del país persa, tomando en cuenta los continuos fracasos del Ejército de EE.UU. en sus intentos por enfrentar las crisis en Oriente Medio.
Pese al rechazo de varios países regionales, Washington refuerza su presencia militar para proteger sus intereses y los de sus aliados en la zona, como Arabia Saudí y el régimen de Israel, actualmente inmersos en conflictos en Yemen y en los territorios ocupados palestinos, respectivamente.
De hecho, el presidente de EE.UU., Donald Trump, desde su llegada a la Casa Blanca en 2017, ha hecho lo imposible para mostrar su lealtad a Israel: reconoció la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como capital israelí y la soberanía israelí sobre el lado ocupado de los altos sirios del Golán, retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear e incluyó al Cueropo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en su lista de grupos terroristas, tal y como deseaba el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
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