El vicepresidente brasileño, Michel Temer, quien asumiría la Presidencia de Brasil, en el caso de una eventual destitución de la mandataria, informó el domingo de que el 80 por ciento de los miembros de su formación el PMDB (coalición social del gobernante Partido de los Trabajadores, PT) está convencido del quiebre con Rousseff y sugiere amplios recortes del gasto social.
Sin embargo, la propia dignataria denunció en la misma jornada del domingo el proceso de juicio político que el Congreso lleva adelante en su contra, mientras advirtió que “un impeachment sin base legal es un golpe. Rompe el orden democrático. Por eso es peligroso", afirmó.
No soy una mujer frágil. Mi vida no fue eso. Piden que renuncie para evitarse el mal trago de tener que echar de forma ilegal a una presidente elegida. Piensan que tengo que estar muy afectada, desconcertada, muy presionada. Pero yo no estoy así, no soy así", aseveró la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
"No soy una mujer frágil. Mi vida no fue eso. Piden que renuncie para evitarse el mal trago de tener que echar de forma ilegal a una presidente elegida. Piensan que tengo que estar muy afectada, desconcertada, muy presionada. Pero yo no estoy así, no soy así", aseveró Rousseff en una entrevista con varios periodistas.
Rousseff denunció un intento de golpe de Estado en Brasil: "No voy a renunciar" https://t.co/MJe7AvaS1X pic.twitter.com/5tclfgvWWN
— Infobae América (@InfobaeAmerica) March 27, 2016
La Orden de Abogados de Brasil (OAB) presentará este lunes una nueva demanda de 'impeachment' contra la mandataria, pero el día clave es el próximo martes 29 de marzo, cuando se reúne la dirección del centrista PMDB para tomar una decisión y votar a favor o en contra de la ruptura con la actual Administración.
El 17 de marzo, la Cámara de Diputados aprobó con 433 votos a favor y 1 en contra la creación de una comisión especial para analizar una petición de destitución de la presidenta por supuesta manipulación de las cuentas públicas.
La oposición exige añadir al acta las acusaciones del senador detenido Delcidio Amaral, del PT, quien sostuvo que Rousseff y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) estaban al tanto de la corrupción en la petrolera Petrobras y sacaron provecho del esquema de financiación ilegal de campañas políticas montado a través de dicha empresa.
Rousseff, quien indica que tal proceso se traduce en un golpe contra la democracia brasileña, fue acusada por un grupo de juristas apoyados por la oposición de haber aumentado gastos sin permiso del Congreso y de tapar agujeros del presupuesto con préstamos de bancos estatales en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.
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