La roca ardiente, procedente de un asteroide, entró en la atmósfera y debido a su gran luminosidad pudo verse también en todo el sur y el centro del país ibérico.
El astrofísico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, —región autónoma a la que pertenece Granada— ha explicado en Twitter que “la roca se destruyó completamente en la atmósfera y no llegó a impactar contra el suelo ni supuso ningún peligro”.
El avistamiento se produjo a una altitud de unos 98 kilómetros sobre el norte de la provincia de Granada, casi sobre la vertical de la localidad de Benamaurel y de allí avanzó en dirección noroeste, recorriendo unos 64 kilómetros en la atmósfera para finalizar a una altitud de unos 34 kilómetros.
El paso veloz del fenómeno fue grabado por los detectores que el proyecto SMART (Instituto de Astrofísica de Andalucía) tiene en Calar Alto, Sierra Nevada, Sevilla y Toledo, ha detallado el experto.
A principios de año, otra bola de fuego, esta vez procedente de un cometa, iluminó el cielo de Cádiz y Sevilla a 230 000 kilómetros por hora.
ncl/ctl/rba