“Creo que el mundo los hará pagar definitivamente un precio (en referencia a China)”, ha declarado Pompeo en una entrevista concedida este miércoles al portal estadounidense The Hill.
El secretario estadounidense de Estado ha acusado de nuevo, de este modo, al gigante asiático de la propagación del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, aseverando que el costo que China debe pagar por la pandemia probablemente se reflejará en el cambio en las relaciones de otros países con la segunda economía más grande del mundo.
“Estoy muy seguro de que el mundo verá a China de manera diferente y se comprometerá con ellos en términos fundamentalmente diferentes a los que tenían antes de este desastre catastrófico”, ha aseverado Pompeo al respecto.
A continuación, ha identificado a Pekín como la prioridad número uno de la seguridad nacional de la Administración estadounidense en el caso de que el actual presidente de EE.UU., Donald Trump, salga elegido para un segundo mandato.
La estrategia de la Administración de Trump hacia China, en conformidad con las declaraciones de Pompeo, consiste en presionar a Pekín para asegurarse de que las relaciones con el gigante asiático sean “justas y recíprocas”.
En fechas recientes, la intromisión de las autoridades estadounidenses en los asuntos de Hong Kong y la presencia militar de EE.UU. en el mar de la China Meridional han agudizado las tiranteces entre los dos países, cuyas relaciones parecen no atravesar su peor momento en décadas, sobre todo, tras la propagación del coronavirus, calificado de “virus chino” por Washington, un término del que reniega Pekín en duros términos.
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