Conforme a un reporte publicado el lunes por el diario británico The Guardian, el mandatario saliente de EE.UU., Donald Trump, está preparando una gran ceremonia de despedida en la base militar Andrews, ubicada cerca de la capital estadounidense, Washington D.C., en el estado de Maryland (este).
El rotativo afirmó que, su Administración ya había repartido las invitaciones para este acto, que tendrá lugar el miércoles, a las 8.00h (hora local), cuatro horas antes de que su sucesor en el cargo, Joe Biden, asuma la Presidencia del país.
Cabe indicar que la ceremonia de investidura de Biden se diferencia sobremanera de las celebradas con anterioridad, pues el magnate republicano ya anunció el pasado 8 de enero que no participaría en la misma y que tampoco contempla mantener encuentro alguno con el mandatario entrante.
WHITE HOUSE invite for "Trump Farewell" at Joint Base Andrews on Jan 20. Guests are asked to arrive at 6am on Wednesday and *wear a mask And....... invitees can bring five guests pic.twitter.com/GEVf6rnOnM
— Scott MacFarlane (@MacFarlaneNews) January 18, 2021
The Guardian afirmó, además, que el líder republicano está interesado en celebrar una ceremonia de despedida oficial con las Fuerzas Armadas, con desfile militar incluido, similar a las recepciones de Estado que vivió durante sus visitas al exterior en calidad de presidente, para que sea una ocasión memorable y solemne.
Respecto a este último evento, debe destacarse que la semana pasada, según informó la cadena local CNN, citando a una persona familiarizada con el asunto, el Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) había denegado la solicitud de Trump a tener una “despedida al estilo militar”.
El Servicio Secreto de EE.UU., el principal encargado de garantizar la seguridad de la toma de posesión de Biden, ha lanzado un plan que incluye duras restricciones de acceso a Washington D.C.; la ciudad capitalina estará circunscrita bajo un perímetro de ‘Zona Verde’ al más puro estilo de Bagdad (capital de Irak).
Esta preocupación surge a raíz de los sucesos registrados el pasado 6 de enero, cuando seguidores del presidente republicano asaltaron el edificio del Capitolio, sede del Congreso, para denunciar un supuesto “fraude” electoral en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
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