“Si se muestra que Israel estuvo detrás de los estallidos en Beirut, pagará un precio alto”, esta advertencia ha lanzado el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Hasan Nasralá, este viernes en un discurso con motivo del 14.º aniversario de la victoria en la Guerra de los 33 días frente a Israel.
El Líbano está devastado tras unas potentes explosiones que sacudieron el pasado 4 de agosto la zona portuaria de Beirut, la capital libanesa. El Gobierno ha declarado estado de emergencia y ha anunciado una investigación para hallar a los responsables y presentarlos ante la justicia.
Nasralá ha barajado dos hipótesis sobre el desastre. La primera: el estallido se debió a un accidente y la segunda: es el resultado de un acto de sabotaje. “En el caso de que la investigación vincule Israel a la explosión, entonces todo el pueblo libanés debe responder”, ha sentenciado.
El alto responsable de Hezbolá ha rechazado la apertura de una investigación con peritos extranjeros, especialmente, por parte del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), pues, a su juicio, podrían trabajar para encubrir la supuesta participación de Israel.
Aunque las autoridades israelíes niegan estar involucradas en las explosiones en Beirut, los expertos consideraron el incidente como una oportunidad para que el régimen de ocupación saliera ileso de “la venganza” que esperaba por parte Hezbolá en un ataque aéreo en Siria.
Nasralá, sin embargo, ha enfatizado que las represalias por el asesinato del alto comandante a manos de Israel aún se avecinan. “Estamos decididos a responder a este ataque. La respuesta tiene como objetivo establecer las reglas de enfrentamiento y debe tomarse de modo racional y mesurado”, ha agregado.
El líder de Hezbolá, además, se ha referido a la grave situación política en El Líbano después de la tragedia, destacando que algunos poderes políticos buscan “derrocar al Estado libanés por intereses personales y extranjeros”.
Asimismo, ha aludido a la reciente renuncia del primer ministro libanés, Hasan Diab, insistiendo en la necesidad de formar un “nuevo gobierno de unidad nacional”, fundamentado en el apoyo de “todas las facciones políticas y el Parlamento”.
De acuerdo con Nasralá, la actual situación “es muy más similar” a la de El Líbano tras la captura del entonces primer ministro Saad al-Hariri por Arabia Saudí, resaltando que ciertos actores buscan implementar el mismo escenario para socavar la estabilidad del país.
“Así como nos opusimos a la renuncia de Hariri en estas circunstancias, también nos oponemos a la renuncia de Hasan Diab en este momento. El plan para derrocar al Gobierno tiene como objetivo llevar a El Líbano a una guerra civil”, ha advertido.
Hasta el momento, se desconoce la causa exacta, pero algunas investigaciones preliminares apuntan como el origen de la enorme explosión a las 2750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto. El presidente de El Líbano, Michel Aoun, no ha descartado, a su vez, la posibilidad del impacto de un cohete o bomba como causa de la deflagración.
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