"Las negociaciones de paz sirias deben brindar una transición política lejos de (Al-) Asad y poner fin al sufrimiento del pueblo sirio", ha declarado este lunes Hammond desde Amán, capital de Jordania, durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo jordano, Naser Yudeh.
Las negociaciones de paz sirias deben brindar una transición política lejos de (Al-) Asad y poner fin al sufrimiento del pueblo sirio", ha declarado el ministro de Exteriores británico, Philip Hammond.
Estas declaraciones coinciden con las conversaciones de paz para Siria que se celebran en Ginebra (Suiza) con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo objetivo es encontrar una solución pacífica al conflicto que casi cumple cinco año y de la que son exclusivos responsables los grupos terroristas patrocinados por ciertos países extranjeros.
Hammond también ha dicho que quería "reconocer y acoger la difícil decisión" del llamado Alto Comité de Negociaciones (HNC, en inglés) –refiriéndose a la coalición de la oposición siria que apoya Arabia Saudí– para asistir a las negociaciones en Ginebra.
El diplomático ha alegado que "esa fue una decisión difícil para ellos", ya que, según él, los grupos de oposición afiliados al HNC estaban siendo golpeados por bombardeos rusos y del Ejército sirio, que cooperan en la lucha contra los terroristas en distintas zonas de Siria.
El ministro jordano, por su parte, ha abogado por "seguir y apoyar" las negociaciones de Ginebra, reiterando que su país defendió una solución política al conflicto de Siria.
Esto ocurre mientras el jefe de la delegación gubernamental en los diálogos en Ginebra, Bashar al-Yafari, aseguró el domingo en una conferencia de prensa que los terribles atentados de Damasco sucedidos en la misma jornada, muestran la vinculación entre los llamados delegados de la oposición y los terroristas que operan dentro de Siria.
Por su parte, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, declaró en un comunicado que esos ataques "tienen el claro objetivo de perturbar el inicio de un proceso político" para que Siria salga del conflicto armado.
La crisis Siria, desde su comienzo en marzo de 2011, ya se ha cobrado la vida de al menos 260.000 personas, en su mayoría civiles, según estadísticas del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con la sede en Londres, capital británica.
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