Las compañías de viajes han programado ofrecer vuelos adicionales para repatriar a los ciudadanos preocupados que desean regresar a casa.
Según la Asociación de Agencias de Viajes del Reino Unido, se estima que unos 20.000 ingleses fueron de vacaciones en el país africano cuando se registró el incidente.
El flujo de regreso ha aumentado luego de que la oficina del Ministerio británico de Exteriores aconsejó en su sitio Web a los compatriotas que volvieran al país. Además, recomendó a los que ya se encuentran en el territorio tunecino que no viajaran a las fronteras con Libia o con Argelia en las zonas Ghardimaou, Hazoua; el parque nacional Chaambi Mountain y la zona militarizada Sakiet Sidi Youssef, situada al sur de El Borma y Dhehiba.

Al menos 37 personas, entre ellas turistas extranjeros, perdieron la vida y otras 36 resultaron heridas después de que miembros de la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe) abrieran fuego en el hotel Imperial Marhaba y el vecino Muradi Palm Marinay, en la localidad de Port El Kantaui.
Fuentes gubernamentales ya habían confirmado la muerte de 15 ingleses. Sin embargo, han informado hoy la posibilidad de que este número ascienda a 30 personas.
El atentado ha provocado que la Policía del Reino Unido adoptara máximas medidas de seguridad para impedir un posible ataque similar dentro del territorio nacional.

Para las autoridades del país europeo, el ataque se considera como el más significativo contra los británicos desde los atentados terroristas del 7 de julio de 2005 en la red de transporte en Londres (ciudad capitalina) que quitó la vida a unos 52 ciudadanos.
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