A menos de una semana de las elecciones del 21 de diciembre, la artillería pesada de los comunes se ha volcado en su acto central de campaña en su principal feudo, el distrito popular de Nou Barris en Barcelona.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el secretario general de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, han cargado tanto contra independentistas como contra la represión del bloque del 155 y han defendido una España federal, fraterna y con mayor autonomía de Cataluña.
Con referencias republicanas constantes, Cataluña en Comú ha instado a superar la lógica de bloques y la confrontación y ha apelado al más de medio millón de indecisos para remontar las encuestas que les auguran una reculada, aunque les otorgan la llave de Gobierno.
La candidatura, que ya ganó contra pronóstico las últimas dos elecciones generales en Cataluña, ha priorizado la agenda social al eje nacional y ha reivindicado su gestión al frente de grandes ciudades como Barcelona.
Más allá de los sondeos, los comunes son conscientes de que todo el mundo intentará cortejarles el día 22 de diciembre. Su apuesta pasa por reeditar el tripartito progresista que ya gobernó en Cataluña en dos legislaturas, junto con el Partido Socialista de Cataluña (PSC) y la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Sin embargo, ambas formaciones se han autoexcluido de un hipotético ejecutivo entre quienes apoyaron el 155 y los independentistas.
Oriol Puig, Barcelona.
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