Según un comunicado oficial, el ataque tuvo como objetivo la base Camp Tayi, ubicada al norte de Bagdad, la capital de Irak. El Ejército subraya que nadie resultó muerto o herido por el ataque.
El texto no aclara cuántos proyectiles fueron lanzados, aunque fuentes de seguridad citadas anónimamente por la agencia iraquí de noticias NINA detallaron que en la zona han impactado dos cohetes Katyusha, aunque otras fuentes en declaraciones al canal Al-Sumaria dijeron que fueron cinco.
Por el momento, ni el Gobierno de Irak ni el de EE.UU. se han pronunciado al respecto. Tampoco ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque.
Por su parte, la cadena libanesa Al-Mayadeen, citando a varias fuentes locales, señala que el ataque tenía como objetivo la entrada de la base militar.
El nuevo ataque se produce dos días después de que impactaran siete cohetes contra una base aérea en la ciudad de Al-Balad, 65 kilómetros al norte de Bagdad, donde están alojadas fuerzas estadounidenses. Se trata de un gran recinto militar, emplazado en 25 kilómetros cuadrados, que alberga también dos pistas de aterrizaje y 39 hangares.
Todo esto tiene lugar en medio del aumento de las tensiones en la región tras el asesinato, el 3 de enero, del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, en un ataque estadounidense con drones en Bagdad.
Junto al general de alto rango persa, cayó mártir el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y varios militares iraquíes e iraníes. Estas fuerzas populares desempeñaron un importante rol en la derrota territorial del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) durante los últimos años.
Tras la criminal y arriesgada medida de EE.UU., tanto Irán como todas las fuerzas populares iraquíes prometieron que se vengarían por el ataque. El 8 de enero, el CGRI respondió atacando con misiles dos importantes sitios militares en poder de EE.UU.: la base de Ain Al-Asad en la provincia de Al-Anbar y otra en Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
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