• El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ofrece un discurso durante el 73.º periodo de sesiones de la AGNU, 25 de septiembre de 2018. (Foto: AFP)
Publicada: martes, 25 de septiembre de 2018 15:26
Actualizada: martes, 25 de septiembre de 2018 18:42

El presidente de Turquía denuncia el silencio de las organizaciones internacionales ante las masacres en el mundo, como las de Palestina y Myanmar.

Durante su intervención en el 73.º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, ha criticado la indiferencia mostrada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) ante los crímenes perpetrados contra los pueblos indefensos.

Conforme a Erdogan, este organismo “solo sirve a los intereses de sus cinco miembros permanentes” y hace caso omiso a la matanza de la minoría musulmana rohingya a manos del Ejército de Myanmar (Birmania), así como a la masacre del pueblo de Palestina por el régimen de Israel.

Por tal motivo, ha considerado que el CSNU, al igual que la AGNU, deberían contar con la presencia permanente de los 193 países que componen la ONU y no solo de los cinco países con derecho a veto, como ocurre en la actualidad.  

“Hay insatisfacción sobre la labor que lleva a cabo la ONU. Tiene que realizarse una amplia reforma en cuanto al funcionamiento de las Naciones Unidas, en particular en el Consejo de Seguridad. El mundo no se limita a cinco miembros”, ha afirmado.

Hay insatisfacción sobre la labor que lleva a cabo la ONU. Tiene que realizarse una amplia reforma en cuanto al funcionamiento de las Naciones Unidas, en particular en el Consejo de Seguridad. El mundo no se limita a cinco miembros”, ha resaltado el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan.

 

De igual modo, en otra parte de sus declaraciones, el mandatario turco se ha referido al caso de Siria y se ha comprometido a seguir participando en los procesos de paz en Ginebra (Suiza) y de Astaná (Kazajistán) para conseguir un país en paz.

En cuanto a EE.UU., Erdogan ha arremetido contra la guerra comercial lanzada por Washington y sus sanciones unilaterales, que “socavan los intercambios globales necesarios para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030”.

Las relaciones entre Estados Unidos y Turquía empeoraron después de que la Administración norteamericana impusiera varias medidas económicas contra Ankara por el caso del pastor estadounidense Andrew Brunson, arrestado en Turquía por “espionaje” y “colaboración con terroristas” en el país euroasiático.

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