El Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón ha anunciado este martes la imposición de nuevas sanciones contra 28 entidades y 398 ciudadanos rusos, entre los que se destacan las hijas de Putin y la esposa de Lavrov.
En un comunicado, la Cartera japonesa ha puesto de relieve que la medida tiene como objetivo contrarrestar la operación militar rusa contra Ucrania, iniciada el 24 de febrero.
De hecho, Tokio congelará los activos del mayor banco ruso, Sberbank, y del mayor banco comercial privado del país euroasiático, Alfa Bank, y evitará realizar cualquier transacción con ellos, al tiempo que prohibirá nuevas inversiones directas en el territorio ruso.
Anteriormente, el premier de Japón, Fumio Kishida, había indicado que “las sanciones son parte de los últimos esfuerzos de Japón para añadir presión económica y diplomática a Rusia para evitar una escalada mayor de la guerra en Ucrania y facilitar un alto el fuego”.
El 9 de marzo, el país asiático también expresó su disposición a imponer una prohibición a la importación del crudo de Moscú, unos días después de que decidió seguir la política de Estados Unidos contra Rusia e impuso sanciones a autoridades rusas, entre ellas el mandatario, el canciller y el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, así como 49 empresas y organizaciones del país euroasiático.
Desde el comienzo de la operación rusa en Ucrania, Washington, la Unión Europea (UE) y otros Estados aliados, aplicaron varias rondas de embargos financieras y comerciales contra el país euroasiático, medidas consideradas por Moscú como “una declaración de guerra” y que serán respondidas recíprocamente.
A pesar de todas estas presiones, el portal estadounidense Politico reveló el lunes que Rusia no solo está ganando la guerra militar en Ucrania, sino también la guerra económica del Occidente en su contra.
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