Por: Omer Ahmed *
También es el momento para que los musulmanes reflexionen sobre los desafíos que enfrentan y reafirmen su compromiso con las enseñanzas coránicas de unidad y de enfrentarse a todas las formas y manifestaciones del mal.
Por el momento, la cuestión más apremiante para los musulmanes está relacionada con la asediada Franja de Gaza, donde la guerra de genocidio israelí respaldada por Estados Unidos, ahora en su sexto mes, ya se ha cobrado más de 31. 000 preciosas vidas, en su mayoría mujeres y niños, y más de 71 000 han resultado heridos.
Los esfuerzos por negociar una tregua antes del comienzo del mes sagrado, en el que se reveló el Sagrado Corán en su totalidad, no se materializaron debido a la postura dura de la entidad ocupante.
Con la intención de Israel de cometer más masacres y crímenes de guerra antes de una posible invasión de Rafah, está claro que asegurar la liberación de los cautivos israelíes en Gaza nunca fue una prioridad en la agenda del régimen. Lo que buscan es la aniquilación de “HAMAS”, que en realidad significa el pueblo de Gaza.
Como mes de la misericordia, el Ramadán siempre ha sido un momento oportuno para lograr acuerdos de alto el fuego, como fue el caso entre Arabia Saudí y Yemen, que acordaron una tregua en 2022, coincidiendo con el inicio del Ramadán de ese año.
Los separatistas musulmanes de etnia malaya en Tailandia y el gobierno tailandés también acordaron en principio un alto el fuego que abarcará el mes sagrado y el festival tailandés de Songkran a mediados de abril.
A principios de esta semana, el Consejo de Seguridad de la ONU también adoptó una resolución redactada por el Reino Unido que pedía un alto el fuego durante el Ramadán en Sudán en medio de la devastadora guerra civil del país.
Una de las razones por las que el Ramadán es conocido como el mes de la misericordia es porque las puertas del Paraíso están abiertas mientras que las del Infierno se consideran cerradas para los creyentes sinceros.
Como tal, también ha sido una época del año en la que quienes participan en actividades de resistencia intensifican sus actividades. En la historia islámica temprana, el mes de Ramadán tuvo eventos como la Batalla de Badr, la liberación de La Meca y otros eventos similares.
Los funcionarios de HAMAS también han advertido sobre operaciones más intensas este mes si el régimen israelí continúa su agresión contra los palestinos en Gaza. El portavoz del brazo armado de HAMAS (las Brigadas Al-Qassam), Abu Obaida, se refirió al Ramadán como “el mes de la victoria, el mes de la yihad (lucha sagrada)”.
Un cartel reciente de las Brigadas Al-Qassam decía: “Dimos la bienvenida al mes de Ramadán con el pináculo del Islam: Yihad, firmeza y lucha. En una época en la que faltan hombres verdaderos”.
Vale la pena señalar que la heroica guerra de Gaza de 2014 también tuvo lugar en Ramadán. Un artículo publicado por Al-Qassam dos años después decía que durante el mes se había producido la “actualización de victorias islámicas excepcionales”.
Durante la guerra, “la Resistencia palestina, principalmente las Brigadas Al-Qassam, libró las más impresionantes batallas de heroísmo y martirio”, afirma el artículo.
El mes de Ramadán, que simboliza la resistencia, es algo de lo que el régimen sionista es muy consciente, como se desprende del “mensaje de Ramadán” del ministro de asuntos militares israelí, Yoav Gallant.
El ministro de patrimonio israelí, Amichai Eliyahu, incrementó la retórica belicista y dijo a la radio del ejército que el mes de Ramadán “debe ser eliminado, y nuestro miedo a este mes también debe ser eliminado”.
Por lo tanto, se espera que, como cada año, las fuerzas de ocupación intenten provocar a los musulmanes en la zona ocupada de Al-Quds restringiendo o reprimiendo violentamente a los fieles que deseen asistir a la Mezquita Al-Aqsa. Ya lo hemos visto en la primera noche del mes sagrado de este año.
La ironía no pasa desapercibida en el hecho de que la propia guerra de Gaza fue provocada por los continuos actos de agresión del régimen israelí contra la Mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam.
De hecho, la operación Tormenta de Al-Aqsa, lanzada el 7 de octubre, fue una respuesta a las provocaciones en Al-Quds.
Semanas después de iniciada la guerra, un alto funcionario de la Yihad Islámica Palestina fue citado diciendo que el objetivo de la operación era “evitar ataques a la Mezquita Al-Aqsa, menosprecio o insulto a los ritos religiosos musulmanes, agresiones a nuestras mujeres, esfuerzos para judaizar Mezquita Al-Aqsa y normalizar la ocupación israelí de la misma, o dividirla temporal y espacialmente”.
Por lo tanto, es probable que la continuación de las hostilidades durante el Ramadán impulse una resistencia más fuerte.
Ariel Kahana, principal comentarista diplomático de Israel Hayom, reconoció que, aunque Israel “entiende que el Ramadán de este año es particularmente explosivo, parece haber una falta de pasos preparatorios reales”.
Mientras tanto, los grupos del Eje de Resistencia también están dispuestos a intensificar sus operaciones en Ramadán, como se hizo evidente el lunes, primer día del mes sagrado.
El Ejército yemení, liderado por el movimiento de la Resistencia Ansarolá, atacó otro barco de propiedad estadounidense en el mar Rojo. La Resistencia Islámica en Irak atacó el aeropuerto Ben Gurion en los territorios ocupados. Hezbolá disparó más de 100 cohetes contra objetivos israelíes a primera hora del martes (12 de marzo).
Así pues, el escenario está preparado para operaciones de la Resistencia más intensas contra la entidad ocupante en este Ramadán, que puede ser el último clavo en su ataúd.
* Omar Ahmed tiene una maestría en Seguridad Internacional y Gobernanza Global de Birkbeck, Universidad de Londres. Sus intereses incluyen la política, la historia y la religión de la región de Asia Occidental y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés).
Texto recogido del artículo publicado en Press TV.