Por: Iván Kesic
“Siria es libre”, escribió la Fuerza de Tarea de Emergencia Siria (SETF, por sus siglas en inglés) en una publicación en X, anteriormente Twitter, poco después de que un grupo de militantes tomara Damasco el domingo y derrocara al gobierno de Bashar al-Asad.
“Objetivo cumplido. La Fuerza de Tarea de Emergencia Siria se enorgullece en anunciar que el régimen de Al-Asad, Rusia e Irán han sido oficialmente derrotados en Siria por el pueblo sirio, por su cuenta y sin ningún apoyo externo de la comunidad internacional”, decía el comunicado.
En respuesta, un usuario de X lanzó una crítica hacia la SETF, diciendo que un líder de Al-Qaeda con fuertes lazos con el grupo terrorista Daesh y agencias de inteligencia occidentales “es exactamente la libertad que esperaba”.
La SETF ha estado a la vanguardia del proyecto estadounidense de “cambio de régimen” en Siria, financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), una organización intermediaria de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., la agencia de espionaje extranjera del complejo militar-industrial de EE.UU.
Operando bajo la fachada de “poner fin a las atrocidades contra los civiles sirios”, esta agencia desprestigiada ha impulsado activamente la agenda de “cambio de régimen” de Washington en Siria a través de sanciones asfixiantes y operaciones psicológicas para influir en la opinión pública en el país árabe en contra de su gobierno electo.
Solo un día después de que Al-Asad fuera expulsado de Damasco, el director ejecutivo de la SETF, Mouaz Moustafa, se reunió con el asesor de Seguridad Nacional de EE UU., Jake Sullivan, para discutir el cumplimiento de la “misión2 estadounidense.
Según se informa, Moustafa también solicitó un mayor apoyo por parte del gobierno de EE.UU. como recompensa.
SETF y los dólares estadounidenses
Documentos filtrados revelan que la SETF ha recibido millones de dólares a lo largo de los años para promover agresivamente la agenda de EE.UU. y sus aliados en Siria, con financiamiento canalizado a través de USAID.
“Revisa la subvención de $153 535 de SETF de USAID, un frente de la CIA. No solo destina la entrega de ayuda al campo de Rukhban, sino que también cubre la ‘realización de entrevistas a informantes clave’”, escribió el periodista estadounidense Max Blumenthal en una publicación en X, compartiendo una imagen de uno de esos recibos.
“SETF ha estado a la vanguardia del cabildeo para que EE. UU. declare la guerra a Siria, llevando a John McCain en su infame viaje de 2013, antes de que pidiera bombardear Damasco. Desempeñó un papel crucial en las sanciones César, que han sumido a los civiles sirios en la pobreza, y sigue siendo el centro de todas las actividades de cambio de régimen”, agregó Blumenthal.
Sus comentarios fueron en respuesta a Celine Kasem, una empleada de SETF y una de sus principales propagandistas contra el gobierno de Al-Asad, cuyas actividades han sido expuestas en los últimos años.
David Miller, productor del programa Palestine Declassified de Press TV, destacó en febrero de este año las tácticas manipuladoras empleadas por Kasem y sus colegas de SETF en Siria.
“El consejo de SETF incluye a un miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias, una organización que actúa como un agente extranjero directo de la entidad sionista en EE. U.”, escribió Miller.
“Después de ganar mi tribunal, Celine intentó sabotear mi recaudación de fondos legal al incitar a los sunitas británicos a una histeria sectaria sobre la fallida campaña de cambio de régimen de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y los sionistas en Siria”, agregó.
Según Miller, tales tácticas forman parte de una “estrategia estadounidense para socavar el apoyo a la resistencia material al sionismo”, vinculando la campaña de SETF contra el gobierno sirio con la ocupación sionista.
En marzo de este año, SETF conmemoró el 13.° aniversario de la llamada “Revolución Siria” —una campaña militante contra el gobierno de Damasco— en un encuentro con destacados líderes republicanos de EE.UU., muchos de los cuales son defensores vocales del régimen israelí.
Entre los asistentes estaba Stephen Rapp, una figura clave en el cabildeo ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra la concesión de jurisdicción a Palestina para presentar cargos por crímenes de guerra contra Israel.
Desde el domingo, tras la caída del gobierno de Al-Asad y la toma de Damasco por parte de los militantes, los agentes de SETF han estado celebrando, acreditándolo al pueblo sirio —el mismo pueblo que ha sufrido bajo las asfixiantes sanciones estadounidenses impuestas por la ‘Ley César’, por las cuales la SETF misma hizo lobby.
SETF y el complot estadounidense de “cambio de régimen”
En su libro The Management of Savagery (La Gestión del Salvajismo), Blumenthal explica que SETF surgió como un grupo de cabildeo pro-insurgencia y belicista, financiado por el Departamento de Estado de EE.UU. y un grupo de donantes privados.
Durante años, el grupo sirvió como el vínculo directo del Congreso de EE.UU. con el llamado Ejército Libre Sirio (ELS) y otras facciones rebeldes. Su director, Mouaz Moustafa, es un activista originario de Siria radicado en Washington, DC.
Antes de hacer lobby para un ataque militar contra su país natal, Moustafa fue consultor del Consejo Nacional de Transición Libio durante los preparativos para la invasión por parte de la alianza militar de la OTAN liderada por EE.UU.
En mayo de 2013, Moustafa se acercó al senador John McCain, un belicista notorio en el Congreso de EE.UU., y lo persuadió para que visitara Siria y se reuniera con los militantes anti-gobierno.
Mordechai Moti Kahana, un millonario israelí que coordinó los esfuerzos entre estos militantes y el ejército israelí a través de su ONG Amaliah, se jactó abiertamente de financiar “el grupo de oposición que llevó al senador John McCain a visitar la Siria devastada por la guerra”.
El papel de SETF en vincular a altos funcionarios de EE.UU. con los militantes fue confirmado por el propio McCain en sus memorias The Restless Wave.
“Fui a Turquía a finales de mes después de convencer al Departamento de Estado de que me dejara entrar en el norte de Siria durante unas horas. La Fuerza de Tarea de Emergencia Siria, con sede en Washington, organizó que me reuniera con miembros de unidades del ELS. Fui con el seneral Salim Idris, el jefe del Consejo Militar Supremo del ELS”, recordó en su libro.
“No sé qué esperaba, pero cruzar la frontera hacia una guerra resultó ser una experiencia bastante poco destacable. El General Idris, Brose, dos empleados de la Fuerza de Tarea de Emergencia Siria y yo nos subimos a SUVs (vehículo utilitario Deportivo) y condujimos menos de una milla hasta un cruce fronterizo, donde los guardias nos esperaban”, recordó.
“Levantaron las puertas y cruzamos a Siria, convirtiéndonos, por el momento, en el funcionario estadounidense de mayor rango en visitar Siria desde que comenzó la guerra. Otro corto viaje nos llevó al edificio donde se habían reunido los comandantes del ELS de todo el país para encontrarse con nosotros”, relató.
Después de las reuniones y la prometida celebración conjunta en Damasco, la oficina de relaciones públicas de McCain difundió una foto mostrando al senador posando junto a un sonriente Moustafa y dos rebeldes armados con semblante serio.
Varios días después, los medios libaneses identificaron a estos dos hombres como Abu Ibrahim y Mohammad Nour, ambos implicados en el secuestro de once peregrinos chiitas un año antes.
Liderazgo de SETF y el terrorismo estadounidense
En junio del mismo año, Moustafa organizó otra reunión en Siria entre los rebeldes del ELS y Evan McMullin, un exagente de campo de la CIA, y protestó vehementemente contra la designación del Departamento de Estado de EE.UU. de la rama siria de Al-Qaeda como grupo terrorista.
En 2014, se expusieron más actividades de la SETF en el documental Red Lines (Líneas Rojas), que irónicamente fue diseñado para mostrar la “naturaleza democrática” de los rebeldes.
Sin embargo, el documental reveló el contrabando internacional de armas y rebeldes, fanáticos takfiríes, saqueos, crímenes de guerra, y el papel central de McCain y Moustafa, exponiendo aún más las operaciones encubiertas de EE.UU. en el país árabe.
El documental detalló los frecuentes viajes de Moustafa de Washington a la frontera sirio-turca, donde ayudó a contrabandear militantes a las zonas que controlaban en la ciudad de Homs.
También lo captó discutiendo un envío multimillonario de armas pesadas y tanques de una empresa estadounidense no identificada, que supuestamente estaba comprando equipo militar del ejército ucraniano después de su guerra en Donbás.
En otras escenas, Moustafa y sus asociados presenciaron a los militantes del ELS reteniendo prisioneros en el sótano de una escuela, saqueando una fábrica de cemento, y escucharon a un oficial de Ahrar al-Sham admitir que no querían democracia en Siria.
La SETF también hizo cabildeo en EE.UU. para imponer sanciones a Siria y desempeñó un papel crucial en la redacción y aprobación de la Ley de Protección Civil de Siria César, que ha empujado a millones de sirios a la pobreza.
En 2016, Moustafa, el jefe de los Cascos Blancos Raed al-Saleh, y el congresista Eliot Engel, uno de los más fervientes partidarios del régimen israelí en el Capitolio de EE.UU., hicieron cabildeo conjunto para ampliar las sanciones a Siria.
Estas sanciones afectaron el sistema bancario central del país y bloquearon las piezas de repuesto para sus aviones civiles, lo que representó otro gran golpe para el país devastado por la guerra.
Otras organizaciones de “cambio de régimen” en Siria
Otras organizaciones pseudo-humanitarias similares que hicieron campaña agresivamente por el “cambio de régimen” en Siria incluyen los Cascos Blancos financiados por el Reino Unido (Defensa Civil Siria), Hand in Hand for Syria (HiHFAD) y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), entre otras.
Todas estas organizaciones fueron consideradas fuentes confiables por periodistas y políticos occidentales, a pesar de sus lazos directos con militantes sirios, el régimen israelí y agencias de inteligencia occidentales.
El grupo conocido como los Cascos Blancos fue fundado por el exoficial del Ejército Británico James Le Mesurier y financiado por los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos. Operaba en áreas controladas por fuerzas anti-gobierno, proporcionando un flujo constante de imágenes e informes sobre su “trabajo que salva vidas”.
La efectividad de los Cascos Blancos fue amplificada por una empresa de relaciones públicas financiada por el gobierno del Reino Unido llamada ARK, que gestionaba sus cuentas en redes sociales y desarrollaba una campaña internacional de comunicaciones para promoverlos. El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido describió su defensa como “invaluable”.
HiHFAD, también un grupo con sede en el Reino Unido que operaba tanto en Siria como en Turquía, afirmaba estar involucrado en trabajo humanitario, pero hacía campaña activamente por la intervención militar extranjera en Siria.
Una de sus figuras principales, Rola Hallam, estuvo vinculada al llamado grupo opositor Coalición Nacional Siria (CNS) a través de su padre, Mousa al-Kurdi.
Su cofundador, Faddy Sahloul, declaró abiertamente que querían derrocar a Al-Asad “sin importar cuántas vidas cueste, sin importar cuánta catástrofe cause”.
OSDH, que supuestamente se centra en los derechos humanos, es en realidad una operación unipersonal con sede en el Reino Unido y financiada por el Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Ha sido ampliamente expuesto como un altavoz de MI6 (Servicio Secreto de Inteligencia británico).
Considerando sus fuentes de financiación, liderazgo, conexiones y métodos de operación, la SETF pertenece, indudablemente, al mismo grupo de organizaciones.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.