Publicada: martes, 7 de enero de 2025 11:40

Parte componente de la guerra híbrida que occidente lleva a cabo contra la federación rusa, encontramos periódicamente, acusaciones contra Moscú respecto al uso de armas químicas en el contexto de conflictos donde la influencia occidental– Washington y los suyos– resulta fundamental para responsabilizar al país euroasiático del supuesto uso de este tipo de armas.

Guerra híbrida entendida como estrategia militar, donde se utilizan una variedad de métodos para alcanzar los objetivos de dominio proyectados, Léase: acciones de guerra convencional, creación de grupos terroristas destinados a desestabilizar y generar condiciones de intervención extranjera, intensificación de flujos migratorios y de desplazados producto de invasiones e intentos de fragmentación de países, como lo hemos visualizado en los últimos tres lustros en Libia, Irak y Siria  fundamentalmente. Unido, al uso de la guerra cibernética y cada vez con mayor fuerza la utilización de noticias falsas (del anglicismo fake news) y guerras legales o jurídicas (lawfare) e intervencionismo electoral.

Armas químicas en Siria

Es así, que en este tipo de enfrentamiento el control y manejo de los medios de comunicación, que se encuentran en materia de propiedad y amplificación, mayoritariamente, en manos de potencias occidentales y socios, como es el caso del régimen sionista israelí, generan una narrativa donde se suele apuntar como responsable de amenazas y aparente uso de armas químicas, principalmente al gobierno ruso y aliados. Tal como acontece con respecto a las acusaciones del gobierno neonazi de Volodimir Zelensky y las acusaciones contra Siria, efectuada bajo el gobierno del derrocado ex presidente Bashar al Assad del uso de armas químicas contra los grupos terroristas en Al Latamna, Saraqeb Duma, amplificadas en forma monumental por los medios de comunicación occidentales.

A pesar de que medios occidentales, como fue la BBC de Londres señalaba en sus reportes una serie de víctimas por uso de armas químicas en diversas ciudades sirias, en la misma noticia se sostenía que no era posible verificar el total de denuncias efectuadas tal como se consigna en la publicación del 18 octubre del 2018 en un artículo titulado “Investigación BBC en Siria: cómo las armas químicas tienen a Bashar al Asad a punto de ganar la guerra” (1).  

Esto, a pesar de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y Naciones Unidas destruyeron entre el año 2013 al 2015 el total de las 1.300 toneladas de gas sarín y gas mostaza que declaró el gobierno sirio y entregó en forma voluntaria con Rusia como promotor y garante – misma decisión que tomó posteriormente el gobierno ruso - y efectuado en buques occidentales- (2). Los ataques con armas químicas en el país continuaron sin que se pudiera comprobar responsabilidad alguna del gobierno sirio de la época y no se ahondó en las denuncias respecto al papel de los grupos salafistas que combatían al gobierno de Damasco en el uso de esas armas, con pruebas presentadas por Moscú. La trama antisiria y antirrusa estaba servida. 

MV Cape Ray, navío EE. UU ahí se realizó la destrucción del arsenal químico sirio

     

Fragata HNOMS Helge Ingstadt, escoltó las armas químicas fuera de Siria.

 

Efectivamente, el gobierno ruso a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores defensa señaló que “El 19 de marzo de 2013, en Han al-Asal (suburbio de Alepo), 28 personas, incluidos 17 soldados del ejército sirio, murieron y más de 130 fueron envenenadas en diversos grados cuando los extremistas utilizaron un proyectil de cohete casero que contenía el gas sarín. Damasco tomó inmediatamente las medidas necesarias para poner en marcha el mecanismo del secretario general de la ONU, para investigar casos de uso de armas químicas y biológicas, pero Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, retrasaron la discusión de este tema en el Consejo de Seguridad de la ONU. Durante varios meses, un grupo de expertos de la ONU encabezado por el profesor Aake Sellström (Suecia) no entró en Siria hasta el 14 de agosto de 2013. Durante la estancia del grupo de Aake Sellström en Guta Oriental (suburbio de Damasco), los extremistas de la oposición organizaron el 21 de agosto de 2013 otra provocación a gran escala con el uso de sarín. El número de víctimas y heridos, según estimaciones estadounidenses, fueron unas 1.500 personas (3).

El bombardeo constante de información no verificada o simplemente publicada sin hacer un mínimo de trabajo de verificación ha sido parte de la guerra mediática contra Rusia. Realidad que hemos  constatado, sobre todo en la guerra llevada a cabo por Estados Unidos, la OTAN y como testaferro el gobierno de Ucrania contra la federación rusa, no sólo desde febrero del año 2022 cuando comenzó la operación de desnazificación y desmilitarización del régimen kievita, sino que desde el año 2014 cuando los grupos neonazis proeuropeistas y otanistas generaron un grado de influencia e intervencionismo tal, que significó  el derrocamiento del gobierno de Víctor Yanukovich en febrero del 2014.

Dependiendo del desarrollo de las acciones de agresión, ocupación, invasión y hasta exterminio de los pueblos, las potencias occidentales y con ello su caballo de batalla comunicacional, sacan a relucir la necesidad de “controlar” la producción, almacenamiento y hasta uso de sustancias tóxicas. Ocasión en la cual suelen verter acusaciones de uso de estas armas prohibidas contra países como Rusia y por extensión aquellos gobiernos con los cuales Moscú ha tenido relación como fue el caso de la República de Siria en su combate contra los grupos terroristas financiados por occidente y monarquías de Asía Occidental como Arabia saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, entre otros, a partir del año 2011.

Las acciones de manipulación y desinformación no han cesado desde el bando occidental incluyendo el sabotaje, e incluso las acciones de terrorismo internacional como fue el asesinato del general Igor Kirílov en la capital rusa mediante un artefacto explosivo, a manos de un mercenario uzbeco al servicio del gobierno de Kiev. Un Kirílov que hasta el momento de su asesinato era el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia. Un militar que constantemente y con información fidedigna, completa y escasamente replicada por occidente, se convirtió en blanco de las críticas y ataques del mundo militar de Washington, la OTAN y su testaferro ucraniano, que conducen con cierta certeza a concluir que desde la óptica d ellos enemigos de Moscú, Kirílov debía ser eliminado.

General Igor Kirílov jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia

 

En medios de Rusia se señaló que el mencionado general, dirigió los esfuerzos de Rusia por sacar a la luz las actividades biológicas de Estados Unidos, citando documentos hallados en laboratorios ucranianos durante la operación militar especial. El alto oficial ruso figuraba en la lista de sanciones de Ucrania por su papel en la dicha operación. “En marzo de 2022, Kirílov presentó documentos que apuntaban a que biolaboratorios financiados por el Pentágono en Ucrania estaban desarrollando armas biológicas utilizando murciélagos y aves Precisamente, recalcó que estos documentos mostraban experimentos con la población de Ucrania, ensayos de productos farmacéuticos y exportación de muestras biológicas a Estados Unidos con fines ofensivos” (4)

En otubre de 2024, a menos de dos meses del atentado que le costó su vida, Igor Kirílov acusó a Estados Unidos, la OTAN y Kiev de estar preparando una provocación para acusar al gobierno de Putin de usar sustancias tóxicas durante la operación especial militar. El alto jefe militar ruso detalló que las "pruebas" fabricadas sobre el uso de sustancias tóxicas por parte de Rusia se utilizarán durante la 107.ª sesión del Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que comenzaría el próximo 8 de octubre. “Kiev entregará "pruebas" del uso de sustancias tóxicas por parte de Rusia a representantes de la OPAQ para que elaboren un informe supuestamente "independiente" señaló el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, dejando al descubierto el plan de la OTAN, mandatado por Washington y vociferado por el régimen kievita.

Según Kirílov, Kiev tenía la intención de solicitar que la OPAQ dispusiera del retiro de los representantes rusos en la secretaria técnica de este organismo internacional, bajo el supuesto que Rusia utiliza armas química sen Ucrania. El método fue el mismo utilizado con Siria: acusar a Rusia del uso de armas químicas, generar un escenario mediante la teatralización y la exhibición mediática, solicitar la intervención de occidente y luego llevar el caso al consejo de seguridad de la ONU y exigir así sanciones al gobierno de Putin (5)

Kirílov, en aquel momento, señaló que prueba de la provocación que se estaba preparando se sustentaba en la entrega de una enorme cantidad de equipos de protección personal ante armas químicas, al ejército de Kiev y la creación de una plataforma de control paralela a la de la OPAQ, para dejar fuera a Rusia, tal como se ha visto en otros organismos o acuerdos internacionales, como ha sido el caso del consejo de cooperación del círculo ártico del cual Rusia debió retirarse por no ser convocado  a ninguna de las reuniones posteriores a febrero del 2022 (6). Todas ellas actividades controladas por Washington y obedecidas al pie de la letra por su patio trasero europeo y el cervatillo mayor como es Ucrania.

Llegado el mes de octubre de 2024, lo anticipado por Kirílov y el gobierno ruso comenzó a concretarse sin un dejo de pudor alguno por los aliados occidentales. Los países miembros aprobaron el miércoles 8 de octubre la propuesta británica para ampliar los poderes de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de modo que, además de determinar si se han producido ataques con arsenales tóxicos en Ucrania, pueda señalar a sus culpables. Todo estaba escenificado y apuntaba a Moscú. Historia que concluiré en la segunda parte de este artículo.

 

Pablo Jofré Leal

Artículo para HispanTV

Permitid su reproducción citando la fuente


  1. Los investigadores de la BBC descontaron todos los incidentes para los que solo había una fuente o en los que concluyeron que no había suficientes pruebas. En total, determinaron que había suficientes pruebas creíbles para tenerla seguridad de que se habían usado armas químicas en 106 incidentes. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45867618#:~:text=Los%20lugares%20donde%20se%20reportaron,y%20las%20fuerzas%20del%20gobierno
  2. En septiembre de 2013, Siria se adhirió a la Convención sobre las Armas Químicas y aceptó que se destruyeran sus armas químicas con la supervisión de la OPAQ La destrucción de las armas sirias comenzó el 7 de julio de 2014 a bordo del barco especial estadounidense "Cape Ray" y finalizó el 18 de agosto de 2014 Con el apoyo de Rusia y otros miembros de la comunidad internacional, Siria pudo llevar a cabo una operación sin precedentes para exportar arsenales de armas químicas en un tiempo récord (seis meses) en las condiciones más difíciles de la lucha contra el terrorismo internacional en su propio territorio. que no tiene análogos en toda la historia del país que tiene la OPAQ. La destrucción real ya se estaba llevando a cabo fuera de Siria y no se completó con cierto retraso hasta finales de 2015 debido a problemas técnicos con los socios estadounidenses 
  3. https://mid.ru/de/foreign_policy/international_organizations/organizacia-po-zapreseniu-himiceskogo-oruzia/1569376/
  4. https://noticiaslatam.lat/20241217/el-general-kirilov-destapo-biolaboratorios-dirigidos-por-el-pentagono-en-ucrania-1159830131.html
  5. https://actualidad.rt.com/actualidad/525643-moscu-kiev-preparando-provocacion-toxicas
  6. https://www.elobservador.com.uy/nota/rusia-abandonara-el-consejo-de-cooperacion-que-integran-los-paises-del-artico-202391817033