• Ali Akbar Salehi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).
Publicada: martes, 1 de marzo de 2016 16:36

El jefe de la OEAI ha dicho que Irán no teme a las “amenazas vacías” de Israel sobre un ataque militar, ya que no reconoce a dicho régimen como un estado, ni su capacidad para agredir al país persa.

Así respondió Ali Akbar Salehi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), a una pregunta del periodista de la página Web Al-Arabi al-Jadeed, sobre si aun, pese al logro de un acuerdo nuclear entre Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Rusia, China y Francia, más Alemania), en julio de 2015, existe la posibilidad de una guerra entre Irán y el régimen de Israel.

En la entrevista, publicada el lunes en la mencionada página Web, Salehi abordó distintos asuntos, desde el pacto nuclear iraní hasta las relaciones entre Irán y los países del Golfo Pérsico, así como las crisis que atraviesa la región de Oriente Medio, sumida en ofensivas terroristas y las injerencias extranjeras.

Las relaciones entre Teherán y Washington sufren de una falta de confianza, y no se puede concebir un retorno rápido y normal a las relaciones bilaterales. Estados Unidos debe cambiar sus políticas hacia Irán, además debe cumplir con sus compromisos y todo esto lleva tiempo”, dijo Ali Akbar Salehi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).

EE.UU. debe modificar su política hacia Irán

En cuanto a décadas de relaciones congeladas entre Irán y EE.UU., Salehi explicó que la causa hay que buscarla en la amplia “desconfianza” que existe entre las partes.

“Las relaciones entre Teherán y Washington sufren de una falta de confianza, y no se puede concebir un retorno rápido y normal a las relaciones bilaterales. Estados Unidos debe cambiar sus políticas hacia Irán, además debe cumplir con sus compromisos y todo esto lleva tiempo”, dijo.

Por otro lado, el jefe de la OEAI criticó a los países litorales del Golfo Pérsico por expresar preocupaciones hacia el progreso político, científico y nuclear de Irán, y aseguró que sus miedos son “injustificados”.

No estamos buscando influir geográficamente, ni nuevos recursos (en Oriente Medio), sino que nos gustaría lograr la estabilidad en la región, y eso requiere que pensemos sabiamente en la etapa actual”, subrayó Salehi.

“No estamos buscando influir geográficamente, ni nuevos recursos (en Oriente Medio), sino que nos gustaría lograr la estabilidad en la región, y eso requiere que pensemos sabiamente en la etapa actual”, subrayó.

Asimismo, reiteró el amplio interés de Teherán en desarrollar las relaciones con los países del Golfo Pérsico, aunque tachó de “ridícula” la postura de ciertos Estados árabes de la zona que, para evadir sus responsabilidades, acusan a Irán de todos los problemas que atraviesa la región.

¡Qué ironía que el apoyo de Irán a Siria en combatir el terrorismo se vea como algo malo y la agresión de Arabia Saudí a Yemen sea justificada!

Salehi denunció el doble rasero aplicado por los Estados del Golfo Pérsico hacia el caso del terrorismo. Preguntó por qué dichos países censuran el apoyo de Irán al pueblo sirio en la lucha contra grupos terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra, mientras que justifican la guerra de Arabia Saudí contra Yemen, que ha desplazado a millones de civiles y ha matado a niños y personas inocentes.

Yemeníes y sirios son capaces de lograr la victoria sin ayuda de nadie

Igualmente, rechazó el hecho de que Irán apoye al movimiento popular yemení Ansarolá, que lucha junto al Ejército contra la coalición agresora liderada por Arabia Saudí en el país árabe.

Los miembros de Ansarolá "no necesitan para nada la ayuda de Irán. Creo que la nación yemení es capaz, por sí sola, de lograr la victoria. Nadie puede vencer la voluntad de esta nación. Arabia Saudí, al final, se retirará de Yemen y el triunfo será para los yemeníes, igual que en el caso de Siria”, sostuvo.

Desde el 26 de marzo de 2015, Yemen es blanco de una ofensiva saudí que, hasta el momento y de acuerdo con cifras divulgadas por las Naciones Unidas, ha dejado, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.

ftm/anz/rba