• Dos vehículos blindados de EE.UU., desplegados en el norte de Siria, 8 de septiembre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: miércoles, 2 de octubre de 2019 6:03

El célebre comandante iraní Qasem Soleimani subraya que la presencia militar de EE.UU. en Oriente Medio tras el 11 de septiembre de 2001 beneficia a Israel.

“El régimen buscaba aprovecharse de esta situación. Pensaba que esta era la mejor ocasión para llevar a cabo una guerra, un ataque rápido. Porque en el año 2000, el régimen ya había perdido en El Líbano y se había replegado, había huido tras ser derrocado por el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá)”, abordó el martes el comandante de las Fuerzas de Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general Qasem Soleimani, las verdades no contadas sobre la guerra de los 33 días contra El Líbano, iniciada por Israel el 12 de julio de 2006.

A juicio de Soleimani, la raíz de la Guerra de los 33 días radicaba en la explotación del régimen sionista de la presencia militar estadounidense en la región, lo que había generado un temor entre los países regionales.

Tras indicar que esto ocurrió por primera vez en los ataques del exdictador iraquí Sadam Husein, a Kuwait en 1991, que conllevó al ataque de EE.UU., Soleimani añadió que ese asalto de Washington y la derrota de Sadam hicieron que dejasen sus armas en Oriente Medio y, en consecuencia, los estadounidenses colocaron sus bases.

“Después del 11 de septiembre, debido a dos grandes ataques que EE.UU. realizó, aproximadamente, un 40 por ciento de sus fuerzas armadas entraron directamente en nuestra zona. Después con el paso del tiempo, y debido a una serie de cambios, las fuerzas de reserva y la guardia nacional también llegaron a la zona. Es decir, aproximadamente, el 60 % del Ejército de EE.UU. Esto quiere decir que todas sus fuerzas, las internas y las foráneas, penetraron en nuestra zona”, recordó.

El régimen de Tel Aviv buscaba, según Soleimani, cambiar la demografía del sur de El Líbano a través de la incursión contra el país árabe.

El régimen buscaba aprovecharse de esta situación. Pensaba que esta era la mejor ocasión para llevar a cabo una guerra, un ataque rápido. Porque en el año 2000, el régimen ya había perdido en El Líbano y se había replegado, había huido tras ser derrocado por el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá)”, abordó el comandante de las Fuerzas de Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general Qasem Soleimani.

“Que su verdadera intención era cambiar por completo la demografía de las fuerzas y de las personas que estaban en el sur de El Líbano. Y que tenían un vínculo religioso con Hezbolá (…). Buscaba que se fueran hacia Siria. En el sur de El Líbano, querían hacer algo parecido con lo que se había hecho en Palestina en 1967. Asimismo, buscaban un plan similar para los chiíes que residían en el sur de El Líbano. Igual que el mismo plan que llevaron a cabo con los palestinos”, ha dicho.

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Después de la última guerra de Israel contra El Líbano, en el año 2006, la capacidad disuasiva de Hezbolá se ha incrementado notablemente, tal y como han admitido las autoridades israelíes.

En un informe publicado el pasado 22 de julio en la revista estadounidense The Atlantic se asegura que la Resistencia libanesa cuenta actualmente con más de 100 000 misiles y cohetes, y también con la capacidad de disparar 1000 de ellos cada día, algo que superaría las defensas antimisiles de Israel, incluida su “cúpula de hierro”.

El líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, ha asegurado en reiteradas ocasiones que, en caso de agresión israelí a su país, los combatientes de Hezbolá saldrán victoriosos sin duda alguna.

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