Una potente explosión ocurrida en la mañana de este sábado en la estación de tren principal de Quetta, capital de la turbulenta provincia de Baluchistán en Pakistán, ha dejado al menos 25 muertos, de los cuales 14 eran soldados, y 46 heridos. El ataque fue reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, por sus siglas en inglés), un grupo extremista violento que lucha por la separación de esta región del país asiático.
El portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai, ha expresado su más sentido pésame al Gobierno y la nación del país amigo y vecino de Pakistán, así como a los allegados de las víctimas.
Ha dicho que la República Islámica condena “todas las formas de terrorismo y extremismo violento” y señalado que los “actos terroristas violan todos los principios y normas jurídicas, los derechos humanos y las normas humanitarias, y de ninguna manera son justificables”.
Baqai ha señalado que erradicar el terrorismo requiere fortalecer aún más la coordinación y cooperación de todos los países a nivel bilateral, regional e internacional y expresado la disposición de la República Islámica para aumentar aún más la colaboración con Pakistán en este ámbito.
Pakistán está lidiando con un aumento de los ataques de grupos militantes étnicos separatistas en el sur y de militantes en el noroeste.
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