El canciller iraní, Seyed Abás Araqchi, en declaraciones a los periodistas este domingo al margen de una reunión de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de Irán, ha afirmado que “hasta ahora no se ha celebrado ninguna ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos”.
“Hemos anunciado nuestro punto de vista, por lo que estamos a favor de la diplomacia y las negociaciones, pero indirectamente, por supuesto, debe reconocerse que hasta ahora no se ha celebrado ninguna ronda de negociaciones”, ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores iraní, tras presentar un informe sobre el estado actual de la política exterior del país y el tema de eventuales negociaciones entre Teherán y Washington.
Respecto a las declaraciones del senador estadounidense Tom Cotton, quien había declarado que el presidente Donald Trump preferiría un acuerdo con Irán similar al que Washington alcanzó con Libia en 2003, Araqchi ha dejado claro que “solo ven eso en sueños”.
En cuanto a la reunión especial del presidente francés, Emmanuel Macron, con sus ministros y altos expertos militares y de seguridad sobre la República Islámica de Irán, el canciller persa ha subrayado que “han presentado su propia evaluación, cada país puede tener su propia evaluación y análisis”.
Sin embargo, “si toman alguna medida en este sentido, los consideraremos socios en cualquier acción que se tome contra nuestro país”, ha advertido Araqchi y matizado que, según lo trascendido, la reunión francesa fue de evaluación y análisis.
Trump ha amenazado de bombardear el país persa, si no llega con Irán a un nuevo acuerdo nuclear en lugar del anterior pactado en 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), del que se retiró unilateralmente Washington en 2018. El magnate republicano también ha dicho que impondría a Teherán lo que llamó “aranceles secundarios”.
En una misiva enviada a la ONU, Irán advirtió que responderá con rapidez y firmeza a cualquier agresión de Estados Unidos e Israel, enfatizando que “la responsabilidad total por las graves consecuencias de cualquier acción hostil recaerá plenamente sobre EE.UU.”.
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