El jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Lariyani, calificó este martes al Eje de Resistencia regional como “parte del tejido mismo de la población” al iniciar su visita a Beirut, capital del Líbano.
En declaraciones a la prensa, Lariyani destacó el papel del Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) y de otras organizaciones afines en Asia Occidental, como el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y el movimiento popular yemení Ansarolá.
“Estos grupos son un activo nacional para sus países; poseen un profundo conocimiento de la situación y saben cómo actuar en cada momento”, afirmó para luego enfatizar que “todos los esfuerzos deben dirigirse hacia preservar esta capacidad”.
En este contexto, el embajador de Irán en Beirut, Moytaba Amani, manifestó que “los resultados de las próximas conversaciones de este funcionario en Beirut beneficiarán tanto a Irán como al Líbano, así como a su seguridad”.
La República Islámica de Irán ha respaldado de forma firme la integridad territorial y la soberanía del Líbano, país que, además de sufrir varios ataques israelíes a gran escala, mantiene ocupadas desde 1967 las Granjas de Shebaa, una franja de tierra situada en la frontera con los territorios palestinos ocupados.
La reunión se produce aproximadamente una semana después de que el gabinete libanés aprobara una propuesta estadounidense para desarmar a Hezbolá antes de fin del año en curso.
Por su parte, el movimiento libanés ha condenado la decisión del gobierno como un “pecado grave”, advirtiendo que sirve plenamente a los intereses del régimen israelí.
Sin embargo, una encuesta de opinión reciente encontró que la mayoría de los libaneses rechaza el desarme y cree que el Ejército del país no es capaz de enfrentar por sí solo los actos de agresión israelíes.
El movimiento ha combatido con éxito dos guerras israelíes en El Líbano en 2000 y 2006.
En 2023, Hezbolá inició potentes ataques de solidaridad en apoyo a los palestinos de la Franja de Gaza, víctimas de una guerra genocida por parte del régimen sionista. En respuesta, el régimen de Tel Aviv comenzó a intensificar su agresión letal contra el Líbano, pero finalmente se vio obligado a aceptar un acuerdo de alto el fuego como resultado de las contundentes operaciones de represalia de Hezbolá.
Mientras tanto, el pueblo libanés ha estado organizando protestas en todo el país contra el complot estadounidense, calificando el plan como una continuación del apoyo inquebrantable de Washington a las atrocidades de Tel Aviv.
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