• El portavoz de la Cancillería rusa, Alexander Lukashevich
Publicada: miércoles, 25 de marzo de 2015 23:15
Actualizada: domingo, 3 de enero de 2016 14:33

Rusia ha urgido este miércoles a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a reconsiderar su política nuclear en la región y a abandonar sus planes de levantar un escudo antimisiles en Europa para evitar preocupaciones sobre sus consecuencias.

Estados Unidos y otros países de la OTAN, en nuestra opinión, deben rechazar seguir dando pasos unilaterales destructivos en el ámbito del escudo antimisiles. Entonces no habrá que preocuparse por las consecuencias".

"Estados Unidos y otros países de la OTAN, en nuestra opinión, deben rechazar seguir dando pasos unilaterales destructivos en el ámbito del escudo antimisiles. Entonces no habrá que preocuparse por las consecuencias", ha aseverado el portavoz de la Cancillería rusa, Alexandr Lukashevich.

Según el funcionario ruso, el despliegue del escudo antimisiles constituiría amenazas a “las fuerzas nucleares de contención rusas”, lo que cambiaría el equilibrio, y Moscú consideraría medidas para restituirlo.

En este sentido, ha lamentado que el Occidente siga haciendo caso omiso a los argumentos rusos contra el sistema “desestabilizador” para toda la región.

Además, ha recordado la doctrina militar rusa, basada en la defensa y la disuasión, al subrayar que su país se reserva el derecho a usar armas nucleares para contrarrestar ataques con armas atómicas contra la supervivencia de Rusia o sus aliados.

Poco antes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reaccionó a las críticas lanzadas por el multimillonario estadounidense Donald Trump, que opinó que el presidente ruso, Vladímir Putin, “usa la retórica nuclear” e insiste en la irracionalidad de un retorno a la época de la confrontación de la Guerra Fría".

La OTAN ha estado construyendo un sistema de defensa de misiles en el mar Mediterráneo y en varios estados miembros de la OTAN desde 2002; medida que se ve como uno de los principales escollos en las relaciones entre la Alianza Atlántica y Rusia, pues ésta última lo considera como una amenaza para la seguridad global y regional.

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