“Esta situación es inadmisible, se lo hemos dicho directamente al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y repito el llamamiento ahora. Es necesario nombrar con la mayor urgencia posible un enviado especial para el arreglo del conflicto libio”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa al cierre de las negociaciones sostenidas con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu.
Aseguró, asimismo, que Moscú y Ankara se han puesto de acuerdo en contribuir “por todos los medios posibles” a la normalización en Libia a través del diálogo entre todos los partidos políticos.
El cargo de representante especial del secretario general de la ONU en Libia está vacante desde que dimitió Ghassan Salamé hace casi diez meses, aduciendo la injerencia de las potencias extranjeras en el conflicto.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unida s(CSNU) no pudo designar una nueva candidatura porque surgieron desacuerdos, en especial sobre la nacionalidad del nuevo delegado, pues los representantes de África insistían en que el puesto lo debía ocupar un representante del continente africano.
El cargo ha sido ocupado en los últimos meses de forma interina por la representante estadounidense de la ONU, Stephanie Williams.
Libia se ha visto arrastrada por una espiral de violencia desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) derrocó en 2011 al autócrata Muamar Gadafi por medio de una intervención militar liderada por EE.UU. En Libia surgieron dos facciones que desde entonces luchan para hacerse con el poder: el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido por las Naciones Unidas y dirigido por Fayez al-Sarraj, con sede en Trípoli, y el Ejército Nacional Libio (ENL), encabezado por el general Jalifa Haftar y con sede en la ciudad de Tobruk (este).
En esta guerra intestina, países como Turquía apoyan al Gobierno de Trípoli, y Egipto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia, a su rival.
Turquía envió a Libia en el septiembre tropas, asesores y equipo de inteligencia, incluso mercenarios que operaban en Siria, en apoyo al GNA
El general del Ejército de EE.UU. Stephen Townsend, jefe del Mando África del país norteamericano (Africom, por sus siglas en inglés), acusó en mayo a Moscú de desplegar aviones de combate en el país norteafricano para apoyar a grupos mercenarios que operan en esa nación y ayudan al ENL, comandado por el mariscal Jalifa Haftar, pero Rusia niega cualquier interferencia en Libia.
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