“Creo que los simulacros de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] están relacionados con el deseo de EE.UU. y sus aliados de reforzar la política de disuasión ante Rusia, en contra de todas las garantías ofrecidas en la década de 1990 y consagradas en el Acta Fundacional de Rusia-OTAN”, declaró el lunes Serguéi Lavrov, según recoge la agencia rusa de noticias TASS.
En este sentido, el ministro ruso de Asuntos Exteriores recordó que se ha incumplido completamente el citado Acta, que estipula las obligaciones de la Alianza Atlántica de abstenerse del despliegue adicional de sustanciales fuerzas de combate cerca de las fronteras del país euroasiático.
Asimismo, matizó que, a lo largo de muchos años, Rusia se ha acostumbrado a prepararse para cualquier provocación en las relaciones con el bloque militar.
Lavrov realiza tales declaraciones en medio de un pico de tensión en la zona por la presencia de dos buques de guerra pertenecientes a la Sexta Flota de EE.UU., a saber, el USS Porter y el USS Mount Whitney, en el marco de la colaboración entre el país norteamericano con la OTAN.
A este respecto, en una entrevista concedida el domingo al canal Rossiya 1, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, sostuvo que la presencia de buques extranjeros, en particular, de EE.UU. y la OTAN, en el mar Negro es “un intento casi constante” de comprobar hasta qué punto la Armada rusa está “preparada” y tiene “todo el sistema alineado a lo largo de la costa del mar Negro”, en general en la frontera sureña.
De hecho, Rusia ha puesto especial énfasis a la modernización de sus equipos militares y al mejoramiento de su capacidad ofensiva y defensiva, en medio de las tiranteces que mantiene con el Occidente por temas como la crisis de Ucrania, situación que ha conducido a ambas partes al borde de la guerra.
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