“Detrás del escenario dispuesto para asegurar la influencia exclusiva de EE.UU. en esa parte del mundo, es visible uno de sus objetivos más importantes: Minimizar la cooperación de la región [de America Latina] con Moscú y Pekín”, recalcó el miércoles la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova, conforme a la agencia estatal rusa de noticias TASS.
La IX Cumbre de las Américas tuvo lugar desde 6 hasta 10 de este mes (junio) en Los Ángeles (California), y fue marcada por el gran boicot de países latinos como resultado de la exclusión de tres países (Venezuela, Cuba y Nicaragua) por el Gobierno del presidente estadounidense, Joseph Biden.
De acuerdo con las declaraciones del vocero ruso, todo lo que Washington ve como una especie de agenda común está esencialmente dirigida a destruir los lazos naturales que existen entre varios países de América Latina, Rusia y China. “Las naciones latinoamericanas se sintieron intimidadas por […] el papel de Moscú en los mercados de alimentos y energía, […] a pesar de que durante años hemos estado construyendo una cooperación energética de beneficio mutuo con todas las regiones del mundo de acuerdo con leyes actuales”, aclaró la diplomática.
En este sentido, Zajarova señaló que Washington también trató de hacer que las empresas de Latinoamérica abandonaran los suministros rusos, con una oferta para reemplazar al suministrador de recursos.
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