El presidente sirio, Bashar al-Asad, realizó la semana pasada una visita oficial al país persa y se reunió con su homólogo iraní, Hasan Rohani, y el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
El embajador de Siria en El Líbano, Ali Abdul Karim Ali, ha abordado este domingo el acontecimiento con la agencia de noticias IRNA y ha considerado que el viaje de Al-Asad a Irán conllevó varios mensajes, entre los que destaca “la profundización y la fortaleza de la amistad y la fraternidad”.
La visita también se llevó a cabo con el objetivo de “agradecer” la ayuda que brindó Irán a Siria en la lucha antiterrorista “para que salga victoriosa de la crisis”, ha dicho Abdul Karim.
Aunque el diplomático sirio no ha descartado el papel que desempeñaron otros países para que Damasco superara el conflicto armado de unos ocho años, ha hecho énfasis en el decisivo rol de la República Islámica.
Irán, que ha enviado a sus asesores a petición de Damasco para apoyar al Ejército en la lucha antiterrorista, se siente honrado de ser pionero en esta lucha. Además, ha prometido mantenerse al lado de los sirios en el proceso de la reconstrucción del país, devastado por guerra, iniciada en marzo de 2011.
En otro momento de sus declaraciones, ha recordado que Siria defendió a Irán durante los ocho años de guerra (1980-1988) impuesta por el entonces dictador iraquí Sadam Husein, porque compartía con la Revolución Islámica las mismas metas y los mismos objetivos sobre la resistencia contra la ocupación israelí.
Si los Al-Asad —el actual presidente sirio y su padre Hafez— hubieran buscado lucros, habrían cesado el apoyo que brindaban al eje de la Resistencia, “pero se negaron a hacerlo”, ha enfatizado.
Damasco, según Abdul Karim, sigue la lucha para recuperar el control de cada rincón del país y asegura que no retrocederá de sus metas, porque bien sabe que una reconciliación con los enemigos hoy, resultará en su aniquilación mañana.
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