“Estamos recibiendo informes extremadamente inquietantes sobre familias enteras, incluidas mujeres y niños, que han sido asesinadas en el noroeste de Siria”, destacó Volker Türk, en un comunicado de prensa el domingo.
También exigió investigaciones, diciendo que hubo “ejecuciones sumarias sobre una base sectaria” por parte de perpetradores no identificados y por las fuerzas de y grupos aliados de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que actualmente controla el país.
“Debe haber investigaciones rápidas, transparentes e imparciales sobre todos los asesinatos y violaciones, y los responsables deben rendir cuentas, de conformidad con el derecho, las normas y los estándares internacionales”, remarcó.
El funcionario también se refirió a la promesa hecha por Abu Mohammed al-Golani, el líder del HTS. “Los anuncios de las autoridades provisionales sobre su intención de respetar la ley deben ir seguidos de acciones rápidas para proteger a los sirios”.
Rusia y Estados Unidos, por su parte, solicitaron una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), luego de que se intensificaran los enfrentamientos en las zonas costeras de Siria entre fuerzas de resistencia y tropas afiliadas a HTS.
Mediante un mensaje emitido el domingo, en su cuenta en X, el representante permanente adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas, Dmitry Polyanskiy, confirmó que “Rusia y Estados Unidos han solicitado consultas urgentes a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de la ONU en relación con la violencia contra los civiles en el oeste de Siria. Esperamos que la presidencia danesa del Consejo las nombre a las 10:00 hora de Nueva York (17:00 hora de Moscú) del 10 de marzo”.
A su vez, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, mediante un mensaje difundido a través de su cuenta de X, alegó que “Estados Unidos apoya a las minorías religiosas y étnicas de Siria, incluidas sus comunidades cristiana, drusa, alauita y kurda”.
El jueves, violentos enfrentamientos se produjeron en la ciudad costera siria de Yableh entre las fuerzas de Resistencia y tropas afiliadas a HTS y luego se extendieron a otras localidades en las provincias de Tartus y Latakia, en el oeste del país levantino.
Estos choques coincidieron con manifestaciones en diferentes puntos que critican los operativos de la autoridad en algunas localidades habitadas por la minoría musulmana alauí.
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