“A raíz de esta agresión continua, el Consejo de Seguridad y Defensa decidió declarar a Emiratos Árabes Unidos un Estado agresor y romper relaciones diplomáticas con él, así como la retirada de la embajada y del consulado general de Sudán”, ha informado este martes el organismo sudanés en un comunicado.
El Gobierno sudanés ha justificado la medida, argumentando el supuesto apoyo de las autoridades emiratíes a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), una organización paramilitar que rivaliza con las Fuerzas Armadas.
Según la nota, Emiratos pone en riesgo la soberanía, la integridad territorial y la seguridad de Sudán, así como la estabilidad tanto regional como internacional.
El Consejo de Seguridad y Defensa de Sudán agregó que el país “se reserva el derecho a responder a la agresión por todos los medios para preservar la soberanía y la integridad territorial del país”, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que otorga a los Estados el derecho a defenderse.
Desde 2023, una lucha de poder entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar, ha hundido al país durante una guerra civil.
La guerra civil ha causado miles de muertos, heridos y desplazados, con devastadoras consecuencias humanitarias. Aunque el Ejército ha logrado recuperar el control de Jartum (la capital), los enfrentamientos persisten en otras regiones y los intentos de mediación internacional para un alto al fuego siguen sin éxito.
Jartum emprendió a mediados de abril acciones legales contra los EAU ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por estar detrás del “genocidio” en Sudán.
No obstante, la CIJ rechazó el lunes una denuncia de Sudán contra Emiratos Árabes Unidos por supuestas violaciones de la Convención contra el Genocidio en la región sudanesa de Darfur, a raíz del presunto apoyo brindado a las RSF y, en concreto, por los abusos sobre la comunidad masalit.
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