Según la radio del ejército israelí, David Amsalem criticó el estado de “rebelión” entre las fuerzas militares israelíes y agregó que no hay otro remedio que castigar a los rebeldes dentro del ejército.
Esta situación entre las tropas militares está provocando la reducción de las capacidades del ejército que, de no resolverse rápidamente, “tendrá consecuencias peligrosas para Israel en el futuro”, avisó.
Mientras continúan las crisis internas israelíes, los medios hebreos publican informes sobre los desacuerdos entre los políticos del régimen de Tel Aviv y los oficiales militares respecto a la situación del ejército israelí.
De hecho, los medios israelíes, citando a fuentes bien informadas, han señalado que el primer ministro del régimen de Israel, Benjamín Netanyahu, está tratando de ocultar el cuadro completo de la “ineficiencia del ejército israelí” a los colonos, aliados y funcionarios de su gabinete.
Después de que algunas autoridades militares israelíes se opusieran a censurar la crítica situación real de los soldados del régimen, Netanyahu atacó al jefe del estado mayor del ejército, Herzi Halevi, en una tensión verbal sin precedentes, y lo consideró como la persona “más fracasada” en este puesto.
El aspecto más sensible de la continuación de las protestas en los territorios ocupados es la disminución de los preparativos del ejército y especialmente de la fuerza aérea, lo que evidencia que el régimen sionista está al borde del abismo.
Las imparables protestas y sus efectos extendiéndose a las fuerzas armadas, inclusive entre los pilotos y las unidades de operaciones especiales, se cierne el temor de cómo responder ante una eventual guerra, como por ejemplo con el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
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