Por medio de un comunicado, Al-Azhar declaró el miércoles que nadie puede obligar al pueblo palestino a aceptar propuestas inviables y que el mundo entero debe reconocer su derecho a vivir en su tierra y a establecer un Estado independiente con Al-Quds como su capital.
Instó a todos los líderes árabes e islámicos a rechazar los planes de expulsión de los palestinos, cuyo objetivo es eliminar la causa palestina, forzando su desplazamiento de una patria en la que han vivido durante miles de años.
Asimismo, enfatizó que la indiferencia de la comunidad internacional ante la protección de los oprimidos conducirá a la inestabilidad global y convertirá al mundo en una selva donde los poderosos arrebatarán los derechos de los débiles y desfavorecidos.
El presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, y el rey de Jordania, Abdalá II, pidieron el mismo miércoles iniciar “de inmediato” la reconstrucción de la Franja de Gaza “sin desplazar al pueblo palestino” para hacer frente al plan del presidente estadounidense, Donald Trump.
Trump sorprendió al mundo cuando anunció la semana pasada una propuesta para que Estados Unidos se haga cargo de Gaza, imaginando reconstruir el territorio devastado por la guerra israelí, pero solo después de enviar a los palestinos a Jordania y Egipto.
Posteriormente, el mandatario estadounidense fue más allá, diciendo que los palestinos no tendrán derecho a regresar a Gaza, una vez reconstruida, afirmando que busca “construir un lugar permanente para ellos” fuera de la Franja.
La controvertida propuesta ha desatado un aluvión de condenas y reacciones en contra en todo el mundo. Los oponentes, entre ellas las Naciones Unidas, consideran el plan contrario al derecho internacional y equivalente a una limpieza étnica. Avisan que la idea pone fin a la aspiración de un Estado palestino y desestabilizaría toda la región de Asia Occidental.
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