En la guerra de Gaza, un oficial se suicidó hace unas semanas debido a la presión psicológica y al tormento moral tras participar en ataques que provocaron la muerte de civiles palestinos, según informó el diario israelí Haaretz.
El oficial, cuyo nombre no fue revelado por restricciones de censura militar, había desarrollado trastornos psicológicos progresivos y no lograba superar las escenas de muerte y destrucción que presenció durante las operaciones con drones en Gaza.
Según fuentes militares israelíes, a pesar de recibir tratamiento psiquiátrico, no fue relevado de su cargo debido a la importancia estratégica de su rol en la guerra multilateral.
Compañeros del oficial señalaron que, en las últimas semanas de su vida, expresó de manera reiterada su oposición a la continuación del conflicto en Gaza, afirmando que “lo que está ocurriendo deja efectos irreparables. Las almas de los inocentes y los niños asesinados en Gaza no me dejan en paz”.
“La gente cree que nuestro trabajo es como un videojuego, pero la realidad es aterradora. Aunque estamos lejos del frente, psicológicamente estamos más cerca de la muerte que nadie”, declaró un soldado israelí.
Otro operador relató un episodio traumático que marcó su vida: recibió la orden de disparar a dos personas cerca de la carretera de Nitzanim y luego descubrió que eran niños en busca de alimento. “Al principio no sentí nada, pero ahora, cada vez que cierro los ojos, veo sus caras. Me siento avergonzado y ya no me reconozco a mí mismo”, confesó.
Un oficial médico del ejército reconoció que este suicidio evidencia el fracaso de la estructura militar para gestionar los riesgos psicológicos: la presión extrema, la exposición diaria a la muerte y la falta de apoyo tras finalizar el servicio crean una combinación letal de aislamiento y culpa.
Expertos en asuntos israelíes, como Imad Abu Amad, han señalado que el aumento de suicidios refleja una crisis profunda dentro del ejército, impulsada por la guerra en Gaza y sus consecuencias psicológicas y sociales.
Datos oficiales confirman un incremento récord de suicidios, con un aumento del 200 a 300 % respecto a años anteriores, aunque los medios solo muestran una fracción del fenómeno. En los últimos 18 meses, 279 militares israelíes intentaron suicidarse, de los cuales 40 casos fueron consumados, según un informe del parlamento israelí.
El informe también revela que, entre 2017 y 2025, 124 militares se suicidaron, incluidos soldados en servicio activo (68 %), reservistas (21 %) y personal permanente (11 %), con un aumento particularmente notable entre los reservistas desde 2023.
La situación refleja no solo la intensa presión psicológica de las operaciones militares en Gaza y Líbano, sino también el profundo impacto moral y social que la guerra ejerce sobre los miembros del ejército israelí, evidenciando la vulnerabilidad del sistema militar ante sus propias tensiones internas.
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