Los observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), del Centro Carter y una comisión del Parlamento del Mercosur (Parlasur) compartieron el viernes momentos con los candidatos a la Presidencia del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, y a la Vicepresidencia, David Choquehuanca.
Jean Arnault, representante personal para Bolivia del secretario General de la ONU, Antonio Guterres, informó de que habrá encuentro con “distintos candidatos”, para “cubrir, enfrentar y ayudar” durante la jornada electoral del 18 de octubre.
Señaló, asimismo, que espera que “la presencia amplia” de observadores ayude prevenir “actos indebidos y actos de violencia”, de manera que la jornada de los comicios sea “lo más pacífica posible”.
Arce, en su cuenta de Twitter, se refirió a la reunión con la misión de la ONU y destacó: “Transmitimos nuestra preocupación por las últimas determinaciones asumidas por el TSE (Tribunal Supremo Electoral) respecto a las restricciones para acceder a las actas en el conteo rápido de votos”.
El candidato del MAS a la presidencia de Bolivia, en el encuentro con el Centro Carter, mencionó en un mensaje escrito en la misma red social que había dado a conocer la “preocupación por la constante persecución política que hubo durante la campaña”.
Arce no participó en la reunión con la misión de observación electoral de la Organización de Estado Americanos (OEA), ni en otra con la presidenta del Senado de Bolivia, Eva Copa, ya que la OEA fue acusada por Morales de promover lo que consideró un golpe de Estado tras la elecciones frustradas del 2019.
Arce fue ministro de Economía del presidente depuesto boliviano, Evo Morales, entre 2006 y 2017 y de nuevo en 2019. Durante ese período, Bolivia consiguió un amplio éxito económico a nivel regional. No obstante, tras el golpe de Estado de 2019, todo este crecimiento y auge económico decayeron y ahora la nación vive en medio de una crisis agravada por la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, y el mal manejo de la misma por parte del gobierno de facto.
La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, asumió el poder tras la dimisión de Morales, que dejó su cargo 10 de noviembre de 2019. La senadora opositora, que renunció a su candidatura a la Presidencia, enfrenta una ola de críticas por su gestión de diversos asuntos, entre ellos, la propagación del nuevo coronavirus causante del aCOVID-19 y la grave crisis económica en el país andino.
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