El miércoles, María Faría, designada de manera ilegal como “embajadora” en Costa Rica por Guaidó, el jefe de la Asamblea Nacional (AN) venezolana —en desacato desde 2016—, ocupó junto a varios otros venezolanos la sede administrativa en San José (capital costarricense), según dijo ella, en cumplimiento de las asignaciones del autoproclamado “presidente interino” de Venezuela.
El Gobierno costarricense condenó mediante un comunicado publicado la misma jornada el acto “inaceptable” de Faría que violó el derecho internacional.
“En Costa Rica hay reglas, y las reglas hay que respetarlas”, dijo a su vez el presidente del país centroamericano, Carlos Alvarado, manifestando su disconformidad respecto a la toma de la legación por la representante de Guaidó.
Tras las presiones de Costa Rica y después de que lo exigiera el canciller costarricense, Manuel Ventura, a Fería en una reunión en la Casa Amarilla (sede del Ejecutivo), la representante del dirigente golpista abandonó el jueves la sede diplomática junto con sus “asesores”.
En Costa Rica hay reglas, y las reglas hay que respetarlas”, dijo el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, manifestando su disconformidad respecto a la toma de la embajada de Venezuela en San José por María Faría, la representante del líder golpista venezolano, Juan Guaidó.
El Gobierno de Caracas denunció por su parte la actuación ilegal de los golpistas y tildó de “ladrones” al personal designado por Guaidó. El canciller venezolano, Jorge Arreaza, pidió a San José cumplir con la Convención de Relaciones Diplomáticas a fin de garantizar el normal funcionamiento de la sede y resguardar la seguridad del personal de Venezuela.
La crisis política en Venezuela se ha agravado después de la autoproclamación inconstitucional de Guaidó, el 23 de enero, que busca dar un golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, en un plan diseñado y apoyado desde Estados Unidos.
Diferentes países de la región y del mundo han denunciado las presiones económicas y militares de EE.UU. para orquestar un golpe en Venezuela. Caracas atribuye a su vez el plan agresivo de Washington a su deseo de apoderarse de los recursos del país sudamericano, en especial el petróleo.
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