China ha desplegado esta semana decenas de barcos entre las islas del sur de Japón y el mar de la China Meridional, una de las mayores maniobras militares del país en años que incluyeron buques de guerra, cazas y barcos oficiales, y en las que se practicó tácticas ofensivas contra buques extranjeros y bloqueos marítimos.
Al ser preguntado en detalle sobre las maniobras militares, el ministro de Defensa chino, Dong Jun, ha ofrecido este viernes una respuesta lacónica. “Realizar o no ejercicios y cuándo realizarlos es una cuestión que debemos decidir nosotros mismos, de acuerdo a nuestras propias necesidades y la situación de la lucha”, ha dejado claro.
En paralelo, ha dirigido un mensaje tácito ante la coyuntura con Taiwán, priorizando la postura de China. “El Ejército Popular de Liberación no estará ausente y no será blando en su lucha contra la independencia y por la reunificación”, ha señalado.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian, ha dicho que la misión del Ejército Popular de Liberación es “proteger la soberanía nacional y la integridad territorial” de China, y advertido que cualquier intento de independencia por parte de Taiwán será “castigado”.
“Cualquier intento de separar la nación apoyándose en fuerzas foráneas será castigado y nunca tendrá éxito”, ha remachado Wu.
El Ministerio de Defensa de Taiwán alega que, en los últimos tres días, se han detectado 134 aeronaves militares, 39 buques de guerra y 17 barcos oficiales chinos en un área que se extiende desde Shanghái hasta la provincia de Fujian.
La tensión entre ambas partes escaló luego del viaje del presidente de Taiwán, William Lai, a tres aliados diplomáticos de la isla en el Pacífico Sur: Islas Marshall, Tuvalu y Palau, e hizo escalas en Hawái y Guam, territorios estadounidenses.
De acuerdo con un funcionario de seguridad taiwanés, los ejercicios pretendían demostrar que China tiene la capacidad de aislar a Taiwán mediante un bloqueo naval y marcar una “línea roja” para la próxima Administración estadounidense.
ctl/tqi