La mortal acción, atribuida al insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), provocó una drástica decisión del presidente de Colombia, Gustavo Petro.
En declaraciones a los medios, el mandatario aseguró que el ataque con explosivos contra el enclave militar en Arauca fue responsabilidad del ELN. El gobierno colombiano y el grupo armado restablecieron conversaciones de paz en noviembre de 2022, a escasos tres meses de que el presidente Petro llegara al poder.
Petro comparó el reciente ataque con otro similar efectuado en enero de 2019 en la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá, que dejó más de 20 muertos y casi 100 heridos. Aquella acción provocó que el Gobierno pusiera fin a las conversaciones que mantenía con el ELN. Ahora, el desenlace es el mismo.
Por su parte, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, señaló que esta última agresión es un indicativo de que los miembros del grupo insurgente definitivamente no están interesados en la paz de Colombia, y han perdido una oportunidad histórica para poner fin a décadas de conflicto.
Las negociaciones de paz entre las autoridades colombianas y el ELN llevaban alrededor de cinco meses paralizadas, mientras que el cese al fuego entre ambas partes concluyó el pasado 3 de agosto. Medios locales reportan un incremento de las agresiones en el departamento de Arauca por parte del ELN, en un intento de que el Gobierno acceda a sus demandas.
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