El general de brigada Aziz Nasirzade destacó el viernes en un programa televisivo que el país ha logrado muchos avances “en cuanto a la inteligencia y precisión de los equipos” militares y armas, y ha aumentado su producción.
Dijo que Irán ha obtenido muy buenas experiencias de la reciente guerra de 12 días con Israel y Estados Unidos y urgió la necesidad de centrarse en nuevas tecnologías para fortalecer la capacidad defensiva del país. “Nuestro esfuerzo en el Ministerio de Defensa es sorprender al enemigo mediante nuevas tecnologías”, remarcó.
El ministro de Defensa elogió la poderosa respuesta militar iraní a las agresiones de Estados Unidos e Israel contra el país durante el conflicto de junio, y señaló que esto ocurrió, a pesar de que las Fuerzas Armadas “no utilizaron completamente los últimos logros alcanzados” en la industria de defensa.
“En algunos campos, como el de misiles, contamos con equipos avanzados que aún no han sido empleados”, dijo, haciendo referencia al novedoso y poderoso misil balístico ‘Qasem Basir’.
Qasem Basir, “el más misil más preciso de Irán”
El proyectil opera sin GPS, lo que marca un posible punto de inflexión en la guerra moderna. Guiado por la tecnología del Sistema de Navegación Inercial (INS, por sus siglas en inglés), ‘Qasem-Basir’ puede atacar objetivos incluso cuando los sistemas satelitales están bloqueados, lo que brinda a Irán una ventaja estratégica, especialmente contra las defensas estadounidenses e israelíes.
El general Nasirzade indicó que ese misil, muy difícil de rastrear o interceptar, es reconocido como “el más preciso del país”. “Hemos aplicado una nueva tecnología en este misil que mejora su capacidad frente a acciones de guerra y amenazas electromagnéticas”, detalló.
El alto cargo iraní manifestó incluso que el país cuenta con “misiles con un poder destructivo mucho mayor que los misiles Qasem Basir”, y aún no los ha utilizado. También afirmó que Irán ha desarrollado misiles de nueva generación “equipados con ojivas avanzadas y capacidad de maniobra, lo que les permite evadir los sistemas de defensa del enemigo”.
Concluyó diciendo que, “si la guerra de 12 días hubiera continuado, probablemente el enemigo habría perdido su capacidad defensiva, lo que lo habría llevado a solicitar un alto el fuego”.
El conflicto de 12 días estalló el 13 de junio cuando el régimen israelí llevó a cabo un ataque sin motivo contra Irán, asesinando a 1069 personas, entre ellas altos mandos militares, científicos nucleares y civiles.
Menos de diez días después, Estados Unidos entró oficialmente en la guerra bombardeando tres instalaciones nucleares con fines pacíficos, protegidas por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), en clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado de No Proliferación (TNP) Nuclear.
Irán respondió la agresión con fuerza lanzando cientos de misiles balísticos y drones contra objetivos estratégicos israelíes en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, y un ataque de represalia contra la mayor base estadounidense en la región, lo que logró detener el asalto ilegal e imponer un alto el fuego a los agresores el 24 de junio.
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