Este encuentro excepcional en el Salón Oval ha sido el primero de Trump con un responsable ruso, en un momento de complejas relaciones entre ambas potencias a causa de las crisis de Siria y Ucrania.
Las tensiones entre Rusia y el Occidente se han agravado desde la anexión de Crimea y el inicio de la crisis de Siria, dos procesos que han ahondado la brecha entre Washington y Rusia.
Trump ha recibido al diplomático ruso un día después de despedir al director del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés) James Comey, quien tenía a su cargo la investigación de la supuesta intromisión rusa en las pasadas elecciones estadounidenses.
Por su parte, Lavrov ha dicho tras la reunión que las acusaciones contra su país son algo que "no incumbe" al Kremlin. El mandatario estadounidense, ha estimado su huésped ruso, busca mantener relaciones "pragmáticas" y "mutuamente beneficiosas" con Moscú.
Hemos estado de acuerdo en trabajar juntos en el marco del formato Astana (…) Seguimos cooperando en el marco del proceso de Ginebra", ha dicho el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, tras su reunión con el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Antes de ver a Trump, el jefe de la Diplomacia rusa se había reunido en el mismo día con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Rex Tillerson. Luego de ambos encuentros, Lavrov ha dicho que Washington y Moscú han acordado seguir cooperando en una serie de reuniones, incluidas las conversaciones de Astana (capital de Kazajistán) y la próxima ronda de conversaciones sobre Siria en Ginebra (Suiza).
"Hemos estado de acuerdo en trabajar juntos en el marco del formato Astana (…) Seguimos cooperando en el marco del proceso de Ginebra", ha dicho Lavrov a la prensa.
La crisis de Siria, donde Washington y Moscú mantienen posturas contrarias, ha sido un tema fundamental en las conversaciones ruso-estadounidenses. Cabe recordar que, tras ordenar Trump a principios del mes de abril un ataque masivo con misiles de crucero contra una base aérea siria, Moscú prometió proteger las bases aéreas de su aliado Damasco con más sistemas de defensa aérea como el S-400.
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