Mute Egede ha indicado en un comunicado que los pobladores de Kalaallit Nunaat (nombre de la isla en groenlandés) “no quieren ser daneses ni estadounidenses”.
A propósito, en un mensaje en redes sociales, Egede ha reivindicado que la isla es de los groenlandeses, “no queremos ser americanos, sino daneses, somos Kalaallit. Los estadounidenses y su líder necesitan entender esto. No estamos en venta y no podemos simplemente ser comprados. Nuestro futuro lo decidimos nosotros”, ha recalcado en relación con las palabras de Trump.
En su mensaje ha añadido una imagen donde aparece con una bandera de Groenlandia a sus espaldas, y en el que se ha opuesto rotundamente a cualquier plan de anexión del territorio autónomo danés.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Dinamarca, en reacción a las afirmaciones del mandatario estadounidense, ha restado importancia este miércoles a las palabras vertidas por el presidente de EE. UU. ante el Congreso y ha defendido que el magnate neoyorquino ha dicho que hay que “respetar el derecho a la autodeterminación” de la isla en su intento por lograr la anexión del territorio.
Lars Lokke Rasmussen ha pedido centrar la atención en las palabras de Trump relativas “a respetar el derecho de la población de Groenlandia a decidir su futuro”, durante una rueda de prensa desde Finlandia, donde se encuentra de visita oficial.
En este sentido, ha asegurado que Dinamarca tiene “intereses comunes” con Estados Unidos en relación con la seguridad en el Ártico. “La soberanía completa no existe y si alguien cree que Groenlandia puede ser absolutamente independiente, un país soberano sin ninguna alianza, tiene que pensarlo de nuevo”, ha aclarado, si bien ha resaltado que pueden existir otras alternativas.
Las encuestas de opinión sugieren que la mayoría de los groenlandeses se oponen a unirse a los EE. UU., aunque una mayoría está a favor de una eventual independencia de Dinamarca, mientras que el gobierno danés ha dicho que la isla ártica debe decidir su propio futuro y no está en venta.
A principios de enero pasado y antes de tomar posesión de su cargo, Trump puso sobre la mesa la posibilidad hacer uso de medidas de “presión militar o económica” para hacerse con el control de zonas estratégicas como Groenlandia o el canal de Panamá. En este sentido, con el objetivo de incluso “comprar” la isla, ha hecho hincapié en la importancia estratégica del territorio, que asegura que acabará bajo control estadounidense.
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