Así lo ha considerado el analista político Aleksander Nagi, quien en declaraciones este miércoles a la cadena HispanTV ha evaluado la situación en El Líbano tras las protestas que comenzaron el pasado 17 de octubre en reacción al plan del primer ministro Saad Hariri de imponer gravámenes al uso de la aplicación de mensajería WhatsApp. Las manifestaciones, no obstante, se centraron de seguido en la corrupción política y la crisis económica.
Ayer martes, Hariri anunció que va a presentar su renuncia y la de todo el Gobierno tras casi dos semanas de multitudinarias protestas. El presidente libanés Michel Aoun ya está estudiando esa dimisión.
LEER MÁS: Partido libanés pro-EEUU dimite del Gobierno tras protestas
“Yo no creo en las buenas intenciones de la renuncia. Esta renuncia llega en un momento donde prácticamente durante los 13 días no hizo absolutamente nada (…) las manifestaciones ya fueron manejadas por los que yo llamo los mercenarios de las embajadas”, ha indicado Nagi.
Para Nagi, los que dirigen y financian las protestas en El Líbano son “marionetas” que tienen claros hilos desde las manifestaciones de 2005 en el país. “El grupo del 14 de marzo que después de 2003 más o menos empieza su guerra en El Líbano apoyado por Arabia Saudí, EE.UU., Francia y otros países, guardaron todo esto hasta que llegó el momento actual donde ellos están desarticulando a El Líbano, poniéndolo bajo un estado de extorsión directa para lograr sus intereses políticos”, ha agregado.
Yo no creo en las buenas intenciones de la renuncia. Esta renuncia llega en un momento donde prácticamente durante los 13 días no hizo absolutamente nada (…) las manifestaciones ya fueron manejadas por los que yo llamo los mercenarios de las embajadas”, según el analista político Aleksander Nagi.
El entrevistado, de este modo, se ha referido a la llamada “revolución del cedro” registrada en El Líbano, cuando el 14 de febrero de 2005, el entonces primer ministro Rafiq Hariri fue asesinado en un atentado con un coche bomba cerca del Hotel Saint George en Beirut, la capital libanesa.
Después de este incidente, los líderes de la Alianza 14 de Marzo acusaron al Gobierno de Siria del atentado debido a su poder militar extenso y su presencia en El Líbano. No obstante, Siria y algunos partidos libaneses atribuyeron el atentado a Israel ya que este régimen busca desestabilizar el país.
Las protestas en aquel tiempo en El Líbano reclamaban la inmediata retirada de sus 14 000 soldados sirios y terminaron logrando su objetivo, de modo que esa retirada allanó el camino al régimen de Tel Aviv para aumentar su poder y presión contra el Gobierno libanés.
Señalando la mano de Washington en la situación que atraviesa El Líbano, Nagi ha hecho referencia a la llamada reunión de la Asociación Internacional contra el movimiento libanés Hezbolá (CHIP, por sus siglas en inglés) convocada el 18 de octubre por EE.UU., en la que participaron más de 30 países representantes de Oriente Medio, el Hemisferio Occidental, Europa, Asia y África.
El politólogo considera esa cita como parte de las presiones a Hariri para dejar a El Líbano en un vacío de poder, del que ya había advertido el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasralá.
El Líbano ya se ha convertido en el objeto de las presiones internacionales y en concreto de EE.UU. que buscan la manipulación del Gobierno de este país. Ya antes de que Beirut anunciara en febrero la formación de un nuevo Gobierno, EE.UU., el régimen de Israel y Arabia Saudí iban intentando debilitar y crear discordia entre la población libanesa con el propósito de que Hezbolá no consiguiera aumentar su influencia en el Gobierno.
LEER MÁS: EEUU preocupado por presencia de Hezbolá en nuevo Gobierno libanés
Fuente: Noticias HispanTV
tqi/ktg/mkh